Mónica Moss:
“Claro que es posible reconectar con el amor propio, siempre está ahí”
Ya está aquí el segundo libro de tu trayectoria. No es una novela, se trata de una guía para los demás. ¿Cuándo y qué fue lo que te llevó a escribir este libro?
Yo soy muy de fluir con la vida, y los últimos años en pandemia empecé a trabajar con un montón de chicas en circunstancias de bloqueo, de cambios y de crisis, a través de la astrología, la psicología, el arte y todo este tipo de cosas. Siempre he tenido una gran vocación de servicio, incluso en el arte, cuando estoy trabajando los discos y la música, tengo muy en la cabeza qué es lo que voy a contar y cómo, de alguna manera, puede impactar, es decir, instrumentalizar lo que estoy haciendo. Pero he de reconocer que, en este caso, todo esto se puso frente a mí. Yo empecé a trabajarlo, y llegó un momento que dije, madre mía, todas tienen estos mismos patrones, debería empezar a escribir, desarrollar un libro, contarlo y compartirlo con la gente para que puedan conectar con todas estas características para que las lleven un poco al brillo y a su máxima expresión. Tengo la sensación que todo esto necesitaba ser contado y yo he sido un pequeño vehículo para hacerlo.
En 2022 publicaste 'Color Karma'. ¿Cómo te ha ayudado esa experiencia previa de haber publicado ese libro?
Me encantan los primeros trabajos en un ámbito, porque me ayudan a estructurar y a sentar las bases de lo que van a ser los futuros trabajos. 'Color Karma' era un libro muy grande, con muchísimas páginas y, sobre todo, el bloque del final crearon las estructuras de lo que es ahora 'Poderío'. Soy no solo tremendamente estructurada, tengo una gran atención al detalle cuando estoy escribiendo y me gusta mucho hacer carpetas, trabajarlo, llevarlo a otro nivel... Te diría que claramente el final de 'Color Karma' son los cimientos de lo que es 'Poderío', y también te digo que los cimientos de 'Poderío' son la estructura del siguiente libro en el que ya estoy trabajando. Me ha pasado también eso siempre en los discos y en los videoclips, como que todo de alguna manera está conectado con lo anterior y me hace llevarlo a un nuevo nivel de aprendizaje y de comunicación para con los demás.
La portada tiene mucho simbolismo. ¿Qué querías representar?
La verdad es que ese útero cósmico para mí, de alguna manera, representa ese chakra que habla de nuestras pulsiones más sagradas y que nos dirigen hacia la conquista de nuestro propósito y de quiénes somos realmente. Ese viaje simbólico es tremendamente complicado, porque tú, cuando estás desarrollando tus habilidades o tu trabajo, muchas veces no estás conectada con la realidad de hacia dónde vas y de lo que quieres contar. La vida te va forzando a que vayas tomando ciertas decisiones para ponerte en el lugar que tienes que estar y acabes conectando con tu propósito. Para mí esto era un grandísimo símbolo que habla de todo el poder que podemos concentrar, sobre todo las mujeres. Digo mujeres porque la que suscribe y escribe es mujer. Tiene que ver con ese simbolismo que habla del propósito y conectar con aquello que has venido a realizar en el mundo mientras estás vivo.
Comentabas en una anterior pregunta esa parte de todos esos testimonios que te llegaban de mujeres. ¿Se establece un patrón común?
Sí, sí, es muy curioso. Una de las cosas que más nos desgasta, creo que tiene que ver con la especie humana, no es que sea algo de género, es el tema de las relaciones tóxicas, llámese parejas, amistades o relaciones con tintes tóxicos en el trabajo. Cuando se deposita mucha energía en algo o en alguien y esa persona desaparece, todo esto te deja un vacío tan grande que es muy normal que la persona esté como una zombi emocional. Ese patrón de las relaciones tóxicas está muy presente en casi todas las personas con las que estaba trabajando. No es casual. Por eso hay una parte importante del libro que habla de las relaciones tóxicas y de cómo se debe ser consciente, porque la consciencia es aquello que nos permite determinar lo que está mal, empezar a trabajarlo y enfocarlo en otra dirección para llenarlo de nuevas cosas y de futuro.
En este viaje que propones para reconectar con la esencia, ¿cuál es la etapa más complicada?
Creo que el principio siempre es lo más complicado en todo, porque luego una vez ya tienes sentadas las estructuras y tienes el camino, todo es más fácil; esa parte de limpiar la casa, de enfrentarte a tus fantasmas personales, creo que es lo más complicado, sobre todo porque, a veces, uno no es sincero consigo mismo, incluso aunque esté yendo a terapia o con un coach, decir que algo me asusta, me da miedo, me ha sobrepasado o no quiero esto para mi vida, supone ser sincero con uno mismo, que es algo tremendamente complicado. También destaco las recaídas, aunque, una vez eres consciente, no hay que ser tampoco muy exigente con recaer en un patrón o recaer con alguien o con algo.
¿Es posible recuperar el amor propio?
Sí, claro, el amor propio siempre está ahí, solo hay que volver a reconectar con él y bueno, limpiarlo, darle amor, darle brillo y hacerlo reverberar, como el eco en la voz.
Echando un vistazo a tu cuenta de Instagram, he visto que hay vídeos en los que ibas haciendo adelantos de lo que iba a ser el libro. En uno de ellos, un reel grabado en la playa, hablas de la dedicatoria al libro a tu madre.
Sí, es una dedicatoria muy especial. Mi madre me inició en el arte del poderío a mordiscos porque ella era muy fuerte, qué grandísima mujer. De hecho hay unas páginas que le dedico, porque me enseñó una lección tan fuerte a través de la fuerza, tuvo cinco cánceres, estuvo 21 años de hospitales, los últimos años fueron muy complicados para mí, pero es que yo al final no pintaba nada, yo la acompañaba igual que acompañé a mi padre. Es cierto que todo lo que he creado, todos los libros, los discos o los videoclips nacen del Hospital San Carlos, donde ya conocía absolutamente a todo el personal clínico. Ella era tremenda, no he conocido a una mujer con mayor poderío que mi madre, bueno, y mi abuela. Espero ser la digna heredera y sobre todo poder compartir todas esas características con todos vosotros para que las hagáis reverberar mucho.
Dejando al lado de la faceta literaria, también has estado estos últimos meses con actuaciones, musicales. En el 'Color karma' decías “el día que la música murió en mí”, pero la música no ha muerto en ti.
En ese momento murió, cuando acabé la autobiografía, estaba reventada, más que nada porque me di cuenta que la industria musical no era la música. La música murió en mí, pero nació algo más grande, que no lo puedo revelar al espectador porque si no les contaría de qué va la novela, pero nació algo mucho más grande.
Para un alma en creación constante como tú te defines, aunque ahora estés muy centrada en la promoción del libro, imagino que ya estás pergeñando futuras ideas. ¿Qué nos puedes adelantar?
Estamos a punto de empezar ya con el nuevo disco y que en unas semanas tenemos single. Estoy contentísima, es otra de las grandes cosas que me fascina hacer, me define tanto hacer música, videoclips, cantar y componer. Yo me encuentro a través de la música y también a través de los libros, pero la música me ayuda incluso a proyectar quién voy a ser, me ayuda a soñar con nuevas posibilidades, es algo tan intuitivo.