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Foto promocional de Gustavo Almeida CEDIDA

Gustavo Almeida:

“Como artista independiente, la velocidad de las cosas es mucho más terrenal”

El artista de origen brasileño visita Madrid este miércoles 20 para presentar sus canciones, entre las que destaca su éxito ‘Fue de repente’ con David DeMaría
Francisco Quirós
19 de noviembre de 2024

Semanas atrás publicabas una versión de 'Fue de repente' con David DeMaría. Creo que la gestación de esa colaboración tiene una intrahistoria especial.

Esta es quizás la colaboración con más años de cocción. En el verano del 97, cuando yo llegué a la Gimnástica de Torrelavega como futbolista, allí escuché una canción que me gustó mucho y fui a comprar ese disco, el primero que compré aquí en España desde que había venido de Brasil. La canción era 'Amor multiplicado por dos' y cuando llegué a la tienda me dijeron que se llamaba David DeMaría. Compré aquel disco y aquello fue la banda sonora de mi pretemporada de aquel año. Mira tú por dónde, 27 años después nos encontramos en los pasillos de un programa de televisión en Galicia, fuimos a tomar un café, hablamos de nuestras vidas y de todas las cosas que teníamos en común. Hubo bastante fluidez en aquella conversación, así yo quería que David DeMaría estuviese conmigo en 'Revértice', un EP de cuatro canciones de dúos. Cuando le enseñé la canción, ya en la primera estrofa vi que todo iba bien. Realmente salió un golazo y ahí está el resultado.


Esta canción, 'Fue de repente, primero estuvo en 'Vértice', después ese disco que sacaste con versiones en gallego y por último esta versión con David DeMaría. ¿Cómo llevas ese trabajo de explorar nuevas vidas para una misma canción?
Cuando eres un artista independiente, la velocidad de las cosas es mucho más terrenal. A mucha gente que quiere dedicarse a la música le digo que es importante tener constancia de esos tiempos, aunque para ti algo que salió hace tres meses ya no sea algo nuevo, dependiendo del tamaño de tu altavoz puede seguir siendo algo muy nuevo. Eso es lo que sucede conmigo, soy un artista independiente y las circunstancias de mi carrera no son las circunstancias de la carrera de Alejandro Sanz, él saca un material hoy y la semana que viene ya está obsoleto. Esa es la parte buena de ser independiente, puedes saborear los lanzamientos con mucha más calma. He podido hacer esto con tranquilidad, trabajarlo con el productor, en este caso Vicent Cervera, el primer 'Vértice' fue con Nacho Mañó, ha sido un proceso natural, pausado y meditado. No hubo aquella dificultad ni aquella complejidad a la hora de ver qué hacemos.

El año pasado sacabas otra colaboración, en aquella ocasión con el músico portugués Felipe Gonçalves. ¿Cómo enfocas ese trabajo con otros artistas?
Considero importante que haya buena relación personal, y más hablando de una carrera independiente donde tenemos la belleza de no saber qué va a pasar, ni tenemos que ponernos aquella presión de “aquí tiene que suceder algo porque sí”. Creo que esto es un error, en las multinacionales cuando se hace un dueto hay una responsabilidad económica mucho más grande porque hay una obligación de resultados. Aquí, en una carrera independiente, tiene que haber verdad, tiene que haber un feedback musical, hablar de música y que haya puntos en común. Con Felipe fue así, compartimos primero fútbol en Lisboa, luego hablamos de música, después cantamos canciones en petit comité, escuché sus canciones y vimos cosas en común en nuestras canciones. Por tanto, cuando surgió lo de hacer estas dos canciones en portugués decidí que una de ellas iba a ser con él. Nos unían muchas cosas.


Yendo un poco más atrás en el tiempo, tras el confinamiento pudiste dar un concierto especial con tu hermano Rodrigo y tu madre.
Este es un proyecto que ya hacíamos antes de la pandemia, lo que pasa es que no lo habíamos hecho aquí en Europa. El añadido fue que en uno de estos últimos conciertos se ha sumado mi hijo tocando la batería. Imagínate, tres generaciones sobre un escenario y con una persona, mi madre, que es mi referente en la música, la música ocupa casi las 24 horas de mi día, hasta sueño con la música, me endulza la vida, me encanta mi trabajo. Mi madre es ese referente de dónde quiero llegar, con 86 años sigue cantando y ha alimentado a sus hijos con todo lo que ha ganado con la música. Este es mi mayor objetivo, luego, lo que venga por el camino, eso ya no me pertenece tanto.

Este miércoles 20 actúas en Madrid en Café Libertad 8. ¿Te vas a centrar en este EP, 'Revértice' o va a haber cabida para temas de discos anteriores?
En el concierto, por supuesto, cantaré esos temas de 'Revértice', que no he dicho cuáles son los siguientes, pero son los más power del disco, al final el público siempre pide esas canciones en mis conciertos. Para mí, lo que sostiene un hit es todo lo que hay alrededor, todas esas canciones que a lo mejor no son 'Fue de repente' pero que han hecho que llegara ese hit, es lo que sustenta una carrera musical. Cuando a una persona le gusta realmente la música y escucha una canción de un artista, empieza a escarbar y a descubrir que hay buenas canciones. Habrá también otras canciones,a veces tengo que luchar conmigo mismo para decidir cuál dejo fuera.


¿Fue 'Vértice' el disco más importante de tu carrera, el que más esfuerzo ha conllevado?
Sí, desde luego el más caro, y más con una pandemia al año siguiente. Es mi camino, fue un esfuerzo grande porque lógicamente los grandes desafíos conllevan una gran responsabilidad, y esos grandes desafíos, en el caso de la música independiente, conllevan una gran inversión también. Seguramente hablaremos cuando salga mi siguiente disco y te diré que el más importante es el que sale. En el caso de 'Vértice' está Nacho Mañó, que para mí es una eminencia en la música latina, alguien que no conoce la música de Gustavo Almeida pero conoce un poco de música y ve que Nacho Mañó está ahí, piensa, “ojo, cuidado”.


¿Cómo de difícil es mantener ese equilibrio entre lo que deseas hacer como artista independiente y saber qué inversión va a conllevar?
Tener equilibrio en la vida para que tengas equilibrio en la música. En mi caso es una táctica que me funciona y, sobre todo, tener un pensamiento crítico, ser lúcido. Por ejemplo, la pandemia fue un golpe grande pero no me ha tumbado, ¿por qué? porque tengo mis pilares reforzados. Eso es entender las circunstancias de una carrera independiente, no dejarte llevar demasiado por el ego, por las ganas de ser famoso, de ser popular porque sí; la popularidad es la consecuencia de algo, en mi caso yo quiero que sea la consecuencia de algo bueno. Como un entrenador de fútbol, se puede ganar o perder pero yo tengo mi técnica y mis condiciones, vamos a jugar así, si perdemos, lo hemos hecho lo mejor que pudimos, de la forma que creemos que debemos hacerlo.

Ahora que sacas a colación el fútbol, en tu casa la música estaba muy presente como has comentado anteriormente, ese deseo de querer ser músico, ¿estuvo siempre presente o es algo que surgió cuando acabó tu carrera como futbolista?
Nunca estuvo presente. Nunca me lo había planteado de esa forma porque nunca me lo habían preguntado. Nunca quise ser músico, yo crecí queriendo ser futbolista y la música sabía de mi futuro, se acercó a mí porque ella sabía que en un momento iba a pasar algo que ella tendría que salvarme, así que ahí puso la mano y me salvó. Pero también me salvó porque caminó conmigo, en mis cumpleaños, en navidades y en los viajes siempre iba con la guitarra. Recuerdo que me intentó fichar un equipo en Potenza, una ciudad al sur de Italia. Me fue a buscar el directivo del equipo con un Porsche pequeño, apenas tenía maletero y yo llevaba mi guitarra. Yo quise caminar con la música y por eso ella caminó conmigo y me salvó.


¿Se parece en algo la carrera futbolística a la musical?
Sí, hay cosas en común y luego hay cosas totalmente dispares. Siempre digo que la sensibilidad que tengo para la música me ha estorbado en el fútbol, esa capacidad de sufrir con una migaja en el fútbol, lógicamente, no me ha ayudado. Sin embargo, lo que me ha enseñado el fútbol es que el lunes entrenas de una forma, el martes de otra, miércoles, jueves y viernes para llegar al sábado bajar un poco el ritmo y después el domingo darlo todo. Eso lo empleo en la música, esa constancia, esta disciplina creo que viene del fútbol, son similares. El músico que no tiene esa disciplina, el palo que se puede llevar después puede ser mayor. La música tiene sus circunstancias, pero tú tienes que hacer tu trabajo como el de alguien que va al banco o a dar clases.


Has mencionado en la entrevista esa parte de disfrutar del camino, algo que también reflejabas en un post en Instagram. Da la sensación de que tienes las cosas muy claras y que estás más pendiente del proceso que de alcanzar el éxito.

Me gusta también que hables de eso para que yo pueda tener un ejercicio de honestidad con quien me lee o escucha: no te creas que yo me creo todo lo que digo, pero quiero creerlo, porque somos lo que nos hablamos. Lógicamente no vale solamente hablar, el mantra sin pasar a la acción no tiene fuerza. Creo en disfrutar del camino también porque es más sano para mí, para que, independientemente de las circunstancias de mi carrera, yo pueda seguir de pie o pueda seguir teniendo ganas de levantarme después de una decepción. Si no hay disfrute en ese camino, va a llegar un momento en el que sientas que no vale la pena. Llevo en la música casi 20 años, más allá de gustarme cantar, de que lo haga bien o de que componga buenas canciones, disfruto de este camino. Cuanto más claro tengo las circunstancias de ese camino, menos daño me voy haciendo a mí mismo y más voy disfrutando. Soy músico como Alejandro Sanz o como Luis Miguel, pero Alejandro tiene su camino, Luis Miguel tiene el suyo y Gustavo Almeida otro. Todos los que nos dedicamos a la música tenemos ese romanticismo de “lo mejor está por venir yo”, querer estar en un lugar determinado o tener el concierto de Coldplay te puede hacer pupa, al mismo tiempo que te ayuda a ilusionarte y a ir a por tu objetivo, por otro lado te genera una frustración que hay
que saber equilibrar.