La creadora de contenido recopila parte de la información que comparte en redes sociales en su primer libro ‘Crea tu hogar sostenible’ (editorial Planeta)
Laura Peinado:
“La sostenibilidad no solo afecta al planeta; el planeta somos nosotros”
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Una parte de la sociedad sigue viendo a las redes sociales como un espacio de mero entretenimiento, una valoración que se antoja reduccionista e injusta cuando se llega al perfil de usuarios como Laura Peinado. La manchega se ha convertido en una auténtica ‘influencer’, aunque sus contenidos poco o nada tienen que ver con la moda o las tendencias. Ahora va un paso más allá en la divulgación de contenido medioambiental con la publicación de un libro, ‘Crea tu hogar sostenible’ (editorial Planeta).
Aunque tenías ya un recorrido en redes sociales, ¿cómo fue el momento en el que decidiste lanzarte y recopilar todo este contenido para difundirlo en un libro?
Siempre he tenido en mente la idea de crear una guía que me hubiese servido cuando yo estaba empezando. Entonces, la información que encontraba estaba muy dispersa. Quería hacer una guía que fuera como muy sencilla. Esto al final surge de una unión de IKEA con Planeta, que querían hacer un libro hablando sobre sostenibilidad en el hogar, de cómo la gente podría ir concienciándose desde el lugar en el que más tiempo pasamos o al que más conectados estamos. Buscaban un perfil que pusiese todos los conocimientos en este libro, y ahí entré yo. Ha sido un trabajo súper guay, un proyecto en equipo, he tenido mucha ayuda por parte de todas las partes, ellos tienen más conocimiento de todo el hogar y yo he aportado todo lo referente a sostenibilidad. Creo que ha quedado bastante completo.
En la portada vemos un subtítulo muy elocuente: cómo cuidar del Planeta sin arruinarte.
Tenemos muy interiorizado que la sostenibilidad es cara, tendemos a pensar que todo en ese ámbito cuesta mucho. Ser sostenible es reutilizar, es no desechar tanto, rechazar las cosas o consumir menos, no tiene por qué ser más caro. ¿Hay cambios que son más caros? Pues igual sí, o hay cambios que son una inversión a largo plazo que luego te van a hacer ahorrar, como por ejemplo los electrodomésticos más eficientes, tienen un coste mayor al principio pero a la larga vas a ahorrar dinero por su menor consumo de energía. Quería dejar muy claro en este libro que puedes hacer muchísimas cosas por ser más sostenible sin que afecte al bolsillo o incluso que te permitan ahorrar.
Ahorrar, respeto por el medio ambiente y bueno para la salud. Esas son las tres grandes patas sobre las que se apoya el libro. Es difícil encontrar más y mejores argumentos.
Eso espero. Para mí la sostenibilidad no solo afecta al planeta, el planeta somos nosotros. La ecología, la calidad del aire, los tóxicos que respiramos, la comida que comemos, todo lo que nos ponemos en el cuerpo... todo es salud para nosotros y al final, de una forma u otra, es parte de la sostenibilidad. Para mí era muy importante en este libro hablar de ser sostenible por el planeta, pero también por nosotros mismos.
El concepto de sociedad ecológica lo vemos como algo muy lejano, casi como una utopía. En la introducción dejas claro que esto no es una meta sino que se trata de hacer camino. ¿Crees que tenemos suficiente conciencia?
Todavía hay que trabajar bastante, es verdad que cada vez hay más gente concienciada, más gente que al menos se da cuenta de que tenemos que empezar a cambiar nuestros hábitos, ya se ha visto el auge de todas las alternativas sostenibles. Pero es cierto que todavía hay un perfil de personas o unas generaciones que tienen que dar un pasito más y crear este cambio social que provoque que luego las grandes empresas y los gobiernos, que son al final los que pueden hacer los grandes cambios, perciba esta presión social y tomen medidas.
“Ser sostenible no es caro, incluso puede ayudar a ahorrar”
Cada uno podemos sumar nuestro granito de arena, pero recientemente ha habido una cumbre climática con líderes mundiales y parece difícil no caer en el pesimismo.
Hemos vivido ya unas cuantas cumbres climáticas y es un evento en el que creo que no se consigue mucho, siendo realistas. Se dicen muchas cosas pero ya se está demostrando que no se consiguen, no sé si debe a que los gobiernos no son conscientes de la realidad, de todo lo que los científicos nos vienen avisando desde hace décadas, o que simplemente estamos pensando más en otras cosas del día a día y dejamos la sostenibilidad de lado porque pensamos que no va a llegar. Siempre es un objetivo que se ve a largo plazo, las fechas se plantean para dentro incluso de décadas, lo que lleva a pensar que hay tiempo para abordarlo en el futuro. Durante estos semanas de cumbre climática en los que vas oyendo a los políticos hablar, te frustra ver que se plantean cosas que luego, a la larga, no se están consiguiendo.
En el libro vas diferenciando por estancias del hogar. ¿Crees que la climatización es donde está uno de los grandes márgenes de mejora, tanto desde el punto de vista de reducción de emisiones como para la economía doméstica?
Es un tema que me parece muy interesante. En mi ciudad, por ejemplo, en Pamplona se están recubriendo muchos edificios para el aislamiento térmico, algo que es clave para el invierno y también para las olas de calor veraniegas, cada vez más frecuentes, de hecho en Pamplona nunca se había necesitado aire acondicionado y cada vez hay más casas que se tienen que equipar con ello.La climatización es algo en lo que se puede mejorar mucho y no hace falta una inversión tan grande como esta que digo del revestimiento de fachadas, aunque en los edificios antiguos sí que convendría ir haciéndolo poco a poco. Está en nuestra mano usar los textiles para aislar mejor, como cortinas, que aíslan térmicamente , o abrigarte un poco más en casa en lugar de subir un grado la calefacción. Creo que hay diferentes cambios que nos van a venir bien a nuestro bolsillo y también a ese gasto energético y, por tanto, al planeta.
Sobre los sofás, llama la atención que en Europa apenas se reutilizan. ¿Cómo podemos ayudar a cambiar esa tendencia?
Hay que intentar comprar de manera consciente, adquirir algo que sea duradero porque un sofá es algo que vas a ver todos los días, es el centro de tu salón. No compres un sofá del que te vayas a cansar en dos o tres años o que se vaya a estropear en poco tiempo. A la hora de elegirlo, opta por materiales que sean más sostenibles, que puedas lavar, que puedas mantener con el tiempo, que sea de calidad. En el caso de que se vaya deteriorando, en vez de cambiar el sofá, intenta arreglarlo con labores de retapizado, trata de seguir dándole uso a ese sofá que ya tenemos, en lugar de cambiarlo cada dos por tres. Además, es un gasto bastante alto, el sofá es de los muebles más caros que tenemos en casa.
También hablas del teletrabajo, que es una modalidad que cogió mucho auge en España con la pandemia. Aportas datos en el impacto en reducción de emisiones. Si encima redunda en la conciliación familiar, parece obvio pensar que se debe incentivar desde las administraciones.
Creo que sí. Yo ahora teletrabajo porque soy autónoma, pero cuando vivía aquí en Madrid ojalá hubiera podido teletrabajar más días, primero por la contaminación, después por el tiempo invertido en el desplazamiento, que supone perder calidad de vida porque es dedicarle menos tiempo a la familia, al ocio o a ti mismo. Es algo que debería potenciarse muchísimo más, incluso que contara con una parte de obligatoriedad por parte de los gobiernos, que hubiera un incentivo porque en las grandes ciudades al final en vez de trabajar para vivir, vives para trabajar. Es una mentalidad que deberíamos cambiar. El teletrabajo también ayudaría a la conciliación, poder estar con tus hijos más tiempo y que no deban pasar tanto tiempo en actividades extraescolares.
Uno de los conceptos más novedosos que aportas en el libro es el del armario cápsula. Ahora viene una temporada en la que se compra mucha ropa por regalos navideños y por las rebajas de enero. ¿Tenemos que dar una vuelta a esta tendencia?
La moda es la segunda industria más contaminante del planeta, en gran parte porque es un modelo de cambio en el que cada poco tiempo ofrecen cosas nuevas, se trata de vender que tienes una nueva tendencia que llevar, nos meten en la cabeza que cada año tienes que cambiar tu armario, que tienes que renovarlo. Hay una mentalidad de que todos los años tenemos que comprar un montón. Encima ahora, con las rebajas, que tienen precios de risa, deberíamos plantearnos qué hay detrás para que un producto cueste tan poco. Hay que intentar ser más conscientes de todo el desperdicio que hay detrás, de todo el impacto que tiene la moda, de cómo funciona esta industria de la moda; si supiéramos cómo se produce, cómo son los tejidos, los tóxicos que llevan, cómo se desecha la moda que no se vende, quizás cambiaríamos nuestros hábitos. El concepto de armario capsula me parece muy interesante para que empecemos a tener un armario base de calidad, con prendas duraderas que nos permitan vestirnos todos los días sin necesidad de tener que estar comprando de forma tan masiva.
Respecto al otro desperdicio, el alimentario, hablas en la necesidad de comprar a granel. En los supermercados encontramos los lineales repletos de productos envasados con plástico...
La compra a granel es, al fin y al cabo, lo que se hacía antiguamente, nuestras abuelas iban a la tienda y se llevaban las legumbres, los cereales, los frutos secos... lo que sea, a granel. Deberíamos intentar volver un poco a eso, prescindir de tanto envase. También sirve para decidir cuánta cantidad te llevas, algo muy recomendable para las personas que viven solas. Cuando llegas a casa, puedes llenar bolsas de basura solo con los plásticos y envases de productos como la pasta que acabamos almacenando en tarros, no en el envase de origen. Pivotar hacia ese estilo de compra sería muy positivo, también porque normalmente las tiendas a granel son pequeños comercios y en España es muy importante apoyar al pequeño comercio. El producto que compras en el supermercado, la mayoría de las veces ni nos fijamos de dónde viene, pero cuando vas a una tienda a granel, sueles saber si viene de tu zona, si se produce de manera ética.
“Deberíamos pivotar hacia prácticas como la compra a granel”
Parte de la sociedad ha infravalorado las redes sociales, considerándolo un mero pasatiempo. Tú lo has utilizado como una vía didáctica de conocimiento. ¿Se puede tener un perfil divulgativo de éxito en redes?
Las redes sociales son, en gran parte, entretenimiento, pero somos ya varios los divulgadores que intentamos hablar sobre estos cambios, sobre cómo podemos tener un impacto más positivo, ya no solo con el planeta, con nuestra alimentación, con los animales. Deberíamos de dejar de pensar en las redes solo como un entretenimiento y algo que no se toma en serio, somos muchas personas ya las que intentamos poner nuestro granito de arena para que la sociedad sea un poquito mejor.
También tenemos el otro lado de la cara B de las redes sociales, un tema muy de actualidad: la divulgación de bulos. ¿Has tenido algún ‘hater’ en tus redes, especialmente negacionistas del cambio?
Alguno no, muchos. Hay una generación bastante negacionista con la crisis climática, no sé si por la situación que les ha tocado vivir, son un poco más jóvenes que yo, además son los que más están metidos en redes sociales. Espero que esto cambie, porque tenemos que aprender a usar bien las redes sociales, a contrastar la información, a no creernos todo lo que nos pasan, y también a ser críticos con lo que nos encontramos. Me encanta que ya WhatsApp nos avise de las cosas que se reenvían muchas veces, es un termómetro para plantearse que quizás haya que contrastar esa información que te acaba de llegar. Cada vez son más los periodistas que están desmintiendo los bulos que van saliendo, pero en el mundo de la sostenibilidad todavía nos queda un poco de camino para que la gente no se vaya creyendo todas las cosas que salen.