Personajes

Emma Suárez:

“Llega un momento en el que tu pareja es, en el mejor de los casos, como un hermano”

La película dirigida por Horacio Alcalá llega a las salas con un reparto donde brillan Emma Suárez, Manuel Vega, Asia Ortega y José Luis García Pérez

El espíritu navideño se ha adueñado de muchos espacios, incluida la cartelera de cine, aunque en este ámbito también hay lugar para historias que no entienden de momentos o fechas concretas. ‘Fragmentos’, la cinta dirigida por Horacio Alcalá, llega a las salas el viernes día 12 con una trama articulada a partir de dos relaciones de pareja en las que muchos se pueden sentir identificados.

Horacio, ¿cuál fue el origen de 'Fragmentos'?

Horacio Alcalá: El guion es de Frank Ariza. Me llegó a través de Manuel Vega mientras yo estaba en México. Lo estaba leyendo en la playa y me vi reflejado en muchas de esas conversaciones porque he vivido cosas muy similares. Sé que el planteamiento de Frank era escribir algo a partir de cosas que le han sucedido. Luego, hablando con los actores, descubrimos que también habían pasado por situaciones parecidas. Es más, en una proyección pedimos que levantaran la mano quienes habían vivido algo así y fueron muchos. En realidad 'Fragmentos' habla del día a día, a lo mejor no respecto a nosotros mismos, pero sí a gente de nuestro alrededor. No me gusta decir que habla de relaciones tóxicas, sino de situaciones complicadas en las que hay más dolor que amor.

Asia, ¿cómo fue conectar con su personaje, sabiendo que en algunos momentos el espectador puede odiarlo?

Asia Ortega: Fue una negociación interna entre hacerme responsable de las partes de mí que no me gustan, pero que reconozco en el personaje, y tratar de ser lo más veraz posible. Creo que esos interiores que todos tenemos y que no nos gustan también merecen ser escuchados. Siempre digo que, si no alimentas a tu monstruo, se acaba escapando por algún lado. Es bonito poder hablar de este tema.

Las localizaciones tienen mucho peso en la película. ¿Desde el principio estaba pensado rodar en Lanzarote?

Horacio Alcalá: No. Inicialmente estaba pensado rodar en un bosque. Yo conozco muy bien Lanzarote y, al leer el guion, ya visualizaba los lugares. Propuse a los productores trasladarlo allí. De hecho, hemos adaptado partes del guion a la isla, como llevarnos allí la noria. Estos personajes caminan todo el tiempo sobre lava. Van a salvar una relación que no tiene salvación, y eso conecta mucho con ese paisaje. Sin contar el fin, podemos decir que es trágico porque es el peor que podemos esperar en una relación. Es lo más cercano a la realidad.

La película presenta dos parejas de generaciones diferentes. ¿Ha dado más juego desde el punto de vista narrativo?

Asia Ortega: Curiosamente, la pareja más joven es la que está más establecida y también enquistada, la que tiene que limpiar para transformarse en algo bonito. En cambio, la pareja más madura es la que está en la fase de ilusión, de inicio. Eso nos permitía arrancar desde un lugar incómodo, un punto desde el que no estamos acostumbrados, pero luego vemos y reconocemos en los personajes cosas que podemos haber dicho o escuchado cerca. Este salto generacional provoca conflicto, pero también empatía.

¿Es difícil hablar de relaciones sin caer en clichés de “buenos” y “malos”?

Horacio Alcalá: En las relaciones no hay una persona tóxica y otra no. Lo que sucede es que, al estar juntos, hay una química negativa. No me gusta el término de relaciones tóxicas. Se necesitan dos bailar un tango, al igual que para estar mal en la pareja; dos personas no pueden pretender amar al otro cuando no hay amor propio.

En la película aparece el juego de “Siete preguntas para salvar un matrimonio”. ¿Creen que muchas parejas saldrían indemnes?

Asia Ortega: Pocas, para empezar porque a mí, personalmente, no me gustan cómo están planteadas esas preguntas. Pero lo bonito de una revista que te plantea esas preguntas y de una película que te haga de espejo es que te vas a cuestionar las cosas. La cultura, el arte o la religión vienen dadas para cuestionar, para que hagamos referencia a nuestras vivencias. Lo importante es que te remueven por dentro.

¿Cuál fue la secuencia más difícil de rodar?

Horacio Alcalá: La escena de la comida fue muy complicada, tardamos una semana en rodarla de las tres que empleamos en filmar toda la película. Pero, emocionalmente, creo que la más difícil fue cuando uno de los personajes tira el móvil de Asia, al cierre de esa escena. Ahí vamos más allá.

Asia Ortega: Horacio y yo, tras previo consenso, nos pusimos muy punkies. Horacio me tiraba piedrecitas, me empujaba, yo le insultaba... Fuimos jugando con eso para poder llegar a ese estado emocional. Recuerdo que al grabarlo me estaba temblando la pierna, además de estar agotada físicamente, pero tenía que ser así porque ya no se podía sostener por ningún lado.

Este viaje emocional de las parejas, ¿deja un mensaje optimista o pesimista?

Horacio Alcalá: 'Fragmentos' no viene con un mensaje, sino con un espejo para que, cada uno, a partir de lo que ve se plantee en qué situación está a nivel de pareja o, como es mi caso, cuando se está soltero analizar qué sucedió en una relación pasada y que quizás en el momento no me di cuenta de cómo estaban las cosas.

Asia Ortega: Para mí 'Fragmentos' es un detonador interesante para una buena sobremesa. ¿Quién no tiene una relación complicada consigo mismo?

ENTREVISTA CON EMMA SUÁREZ

Emma, ¿qué le dejó la primera lectura del guion?

Me sorprendió porque hablaba de las relaciones, pero no de forma superficial. Nos daba la oportunidad, como se ha demostrado, de desentrañar los personajes, ahondar y profundizar en el amor y en cómo a veces nos empeñamos en vivir relaciones que, a pesar de que nos están haciendo daño, seguimos en ellas.

Su personaje parece volcado en ayudar a los demás, hasta que empieza a mirarse a sí misma. ¿Cómo trabajó ese arco?

No fue fácil. Es un personaje que va descubriendo muchas cosas a lo largo de la película desde los demás, no es un trabajo que haga de forma personal, sino que lo hace desde la escucha y la confrontación con la otra pareja que llega a la casa. Fue clave compartir y escuchar a los otros actores y personajes para entender dónde estaba Irene; es algo que casi siempre se da en el cine. La escena de la comida fue muy importante, pero también una de las más difíciles fue una de las escenas finales con el personaje de José Luis García Pérez. La trabajamos mucho para resolverla bien. Hicimos varias improvisaciones porque tratamos de recrear el futuro de esa pareja y en el montaje se ha arreglado también bastante porque el guion en ese punto estaba bastante abierto.

Hay una frase muy potente: “He confundido el amor con la costumbre”. ¿Cree que mucha gente se verá reflejada?

Muchísima. Es muy habitual que en relaciones de parejas que llevan muchos años llegue un punto donde se pregunten al lado de quién estás. A veces ese alguien se ha convertido casi en un hermano, en el mejor de los casos, alguien con quien compartes tu vida pero no compartes nada de ti. Y en el peor de los casos, ese alguien es un desconocido.

El juego de 'Siete preguntas para salvar un matrimonio' sobrevuela la película. ¿Cuántas parejas saldrían indemnes de él?
Me gustaría que la gente que viniera a ver la película tenga la oportunidad de hablar de su relación cuando salgan del cine, que se miren a los ojos y que, en el mejor de los casos, exista la complicidad y la honestidad para hablar de lo que les ha provocado la película.


Las dos parejas tienen finales distintos. ¿Se puede salir optimista o pesimista?
El final es un poco abierto, depende del espectador. Cada uno decidirá qué es lo más conveniente o favorable para esos personajes. Yo creo que hay algunos que terminan salvándose.

A nivel personal, ¿qué le ha dejado esta experiencia?

El equipo. Algo del cine que me gusta mucho es los afectos que te llevas. La posibilidad de encontrarte con personas que nunca conocerías si no te dedicaras a este oficio. Hay encuentros que se quedan para siempre, hay una memoria, y cuando te vuelves a cruzar con esas personas al cabo de los años es como si te hubieras visto ayer. Eso es maravilloso.

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