‘Rocío Jurado. El musical’ llega a Madrid después de una gira de más de siete años. La hija de la chipionera está al frente de una producción donde se cuenta la vida de la artista de un modo diferente desde sus canciones
Rocío Carrasco:
“Con el musical me enfrenté a la ausencia de mi madre”
De norte a sur, y de este a oeste. Son muchas las ciudades españolas que han podido vibrar con ‘Rocío Jurado. El musical’, un espectáculo que hace parada en Madrid este fin de semana (desde el viernes 28 al domingo 30) en el Teatro Albéniz. La hija de la chipionera, una de las caras visibles del proyecto, nos habla de ello.
Después de varios años de gira, el espectáculo llega muy armado a Madrid. ¿Qué valoración haces?
Llevamos con el musical desde el año 2016. Empezó de una forma muy chiquitita, sin ningún tipo de pretensión, una cosa muy modesta y ha sido un espectáculo que hemos ido haciendo que fuera in crescendo a través de los años. Hoy por hoy el musical es maravilloso, con música en directo, una banda extraordinaria de músicos de primer nivel, de un nivelazo increíble con un montaje de luces espectacular de mano de Óscar Reyes, que es un director maravilloso, con unos efectos de tecnología muy buenos también y muy emotivos. En Madrid nos presentamos a corazón abierto, intentando que la gente viva una experiencia, no solamente que vayan a ver un musical, el espectador en este musical no es un mero espectador, es parte del evento, parte del acontecimiento, porque el público es cómplice, porque el público canta, se emociona, se van contando las dos vidas, la de la protagonista y la de Rocío de una forma paralela, una con la otra y se van sabiendo cosas de la vida de ella que no se sabían porque pertenecían a la otra cara de Rocío, la Rocío más mundana, por así decirlo. Y al final nos presentamos con el corazón abierto, mostrándole al público un espectáculo maravilloso, lleno de sensaciones. Yo me acuerdo que una señora, creo que fue en Granada, me dijo: “Rocío, esto es como una batidora de emociones, he llorado, he reído, he cantado, he recitado, he hecho absolutamente de todo en dos horas y media”. Al final ese es el sentir generalizado de la persona que va a verlo. O sea que nosotros venimos con toda la ilusión del mundo y para hacer que la gente se olvide durante un tiempo determinado y que disfrute.
¿Cuando tuviste en la cabeza por primera vez esa idea de hacer un homenaje a través de este musical?
A mí me rondaba en la cabeza bastante antes, lo que pasa es que no veía el momento, no veía cómo, no veía la persona. Luego vi a Anabel en Televisión Española cantando 'El punto de partida', me erizó el bello y dije, bueno, no sé cómo, ni cuándo, ni dónde, pero yo a esta niña la tengo que conocer y con ella tengo que hacer algo. Dio la coincidencia de que al poco tiempo de yo tener relación con Anabel, en el 2016, había una obra que se estaba haciendo en la carpa de Príncipe Pío. Nos invitaron a verla y cogimos las riendas de la obra junto con el productor, que era Luis Álvarez. Juntos modificamos e hicimos para al final quedarnos con la obra. Desde entonces la obra ha ido creciendo y evolucionando hasta convertirse en lo que es hoy. No quiere decir que ahí hayamos parado, seguramente para el año que viene meteremos otras cosas. La idea nuestra es que sea un espectáculo vivo. Me estoy acordando que otra de las cosas que me dicen es “se nota que está presente”; eso es muy difícil, porque no es una obra de teatro donde nadie imite a Rocío Jurado, porque Rocío Jurado es inimitable, es imposible, pero ella está en la obra, huele a ella, literalmente. Ella está desde el minuto 1 y eso me parece que es muy gratificante.
El apelativo con el que se conoce a tu madre, la más grande, ya pone el listón muy alto. ¿En algún momento habéis sentido el peso de las expectativas?
La gente espera algo muy grande, pero nosotros siempre hemos querido ir de una forma modesta. Esto llegará a ser muy grande, estamos en proceso, pero no nos vamos a perder ninguna de las etapas, vamos a hacer disfrutar y a disfrutar nosotros también con cada con cada etapa del musical. Ya hoy por hoy es grande, y lo va a ser más, seguro.
Son más o menos unas 17 canciones las que hay incluidas. ¿Qué peso ha tenido para la elección, por un lado los éxitos de Rocío Jurado y, por otro, la historia que se cuenta de Carmela, de la protagonista?
Al final es un 'tête à tête' de las dos vertientes de las que me estás hablando. Nosotros también hacemos que los espectáculos nunca sean iguales en cuanto al repertorio, procuramos hacer algo diferente en cada ciudad a la que vamos, ofertar canciones distintas o partes del texto. El espectáculo nunca es igual, de ahí también lo grandioso, si vas dos veces a dos ciudades diferentes, nunca vas a ver el mismo espectáculo.
Serán muchos los fans que vengan de Rocío Jurado, pero la historia en sí misma de Carmela ya es muy inspiradora.
Sí, la historia de Carmela es maravillosa. Carmela en sí es la bomba. Anabel está brutal, el guión lo ha hecho ella, es decir, yo creo que Carmela es ella realmente, se lo digo muchas veces. Se mete a la gente en el bolsillo de una manera espectacular desde el minuto número uno. Recuerdo que fuimos a San Sebastián y a Pamplona esta temporada pasada y la gente del entorno me mostraba su miedo por cómo iba a funcionar el espectáculo en esas ciudades, yo iba acojonada por ver qué me iba a encontrar. Y, de repente, me encontré un San Sebastián aplaudiendo cuando no habían pasado cuatro segundos del comienzo del espectáculo. Ella estaba saliendo para recibir al público, y ese público se puso de pie entero y empezó a aplaudir. Fidel en esa ocasión no vino, y le llamé por teléfono porque estábamos preocupados por lo que nos habían comentado. Le dije, “no sé si estoy en Donosti o estoy en Sevilla”. Una maravilla en todos los sitios: País Vasco, Galicia, Andalucía, qué duda cabe, Palma de Mallorca, Canarias, Valencia... la acogida está siendo increíble.
Imagino que la primera vez que vieras el montaje ya sobre el escenario habría un pellizco emocional para ti. ¿Cómo lo viviste?
Con muchísima emoción, lo que pasa es que, igual que el espectáculo, yo he ido evolucionando también. Me ha servido de terapia de choque, porque yo, qué duda cabe, de no poder ver una imagen o de no poder escuchar una canción, de repente pasé a meterme de lleno en el tema y tener que hacerlo, porque lo tenía que hacer, me ayudó a irlo superando. A mí me ha servido mucho para poder superar esa ausencia a la que yo no me quería enfrentar en su momento.
Ahora, en pleno 2024, se habla mucho de empoderamiento. Hay muchas canciones que cantaba tu madre que se puede decir que dieron esos primeros pasos.
Sí, muchas. Yo creo que han sido esenciales en la evolución.