sábado, 19 octubre 2024


Personajes

Mala Rodríguez:

“La ambición desmedida no conduce nada más que a la frustración”

La artista jerezana publica nuevo álbum, ‘Un mundo raro’. Lo define como un disco conceptual en el que cuenta una historia sobre un conflicto interior

23.05.2024, 19:59

Después de un largo día de promoción, Mala Rodríguez nos recibe un céntrico hotel de Madrid. Medita cada respuesta, pero, fiel a su personalidad, acaba contestando de forma directa, sin pelos en la lengua. Esta esencia de la artista jerezana inunda su nuevo disco de estudio, ‘Un mundo raro’.

Este 24 de mayo se publica tu nuevo álbum, ‘Un mundo raro’. He tirado de hemeroteca y el disco anterior también lo publicaste en una fecha similar. ¿Simple coincidencia o hay algo que te conecte con el mes de mayo?
Pues mira, este concretamente ha sido por una putada de la vida, iba a salir en noviembre, pero entre los derechos, que todo el mundo firme... entre pitos y flautas se ha retrasado hasta ahora. Pero algo tendrá mayo, ¿no? Efectivamente, ya saqué más discos en mayo, como ‘Malamarismo’ y alguno más.

Defines este disco como “liberación en tres actos”. ¿Podemos hablar de un álbum conceptual?

Sí, es un libro, pero con voz. Cuando esté en los escenarios será una ópera, porque, al igual que este tipo de espectáculos, tiene voz, baile, luces, hay una escenografía y una historia. Este álbum, ‘Un mundo raro’, es eso mismo, una historia de un conflicto.

Conflicto es una palabra, desgraciadamente, de actualidad. ¿Tiene que ver con las guerras internacionales o te refieres más a un conflicto interior?
Es interior, pero también se hace eco de todo lo que pasa afuera porque eso solo ayuda a empeorar; si tú estás mal pero sales afuera y ves que todo el césped es verde y mide cuatro centímetros, te sientes mejor. En cambio, si compruebas que hay mucho egoísmo y no se arreglan cosas que se podrían arreglar, pues te bloqueas más.

El primer adelanto fue ‘Yo no soy un ángel’, canción que fue acompañada de su correspondiente videoclip. ¿Creías que esta era la canción que mejor definía el álbum a modo de presentación?
No, esta canción fue un capricho de Omar (Montes), que quería cantarla conmigo y lo hicimos. Así de claro. Yo dije, venga, pues vale, pero no quería que cambiara la canción e hizo lo que le salió de los cojones. La verdad es que estuvo guapa. En el álbum no es así, es más como la versión original que yo tenía, con cuerdas y mucho más intimista, mucho más contenida y con más versos, pero fue divertido. Para mí el primer adelanto ha sido ‘Casi nada’. Estas dos canciones han servido para ir calentando motores, ha sido muy difícil salir con este álbum, ya que sale con una discográfica americana, la comunicación ha estado muy complicada. Hemos podido reconducirlo todo y el arte está como yo quiero. En la portada aparezco como esas guerrilleras, esos momentos de calma antes de la tempestad. En la contraportada, cada canción tiene una localización del mundo, está conectada con diferentes lugares del planeta. Poco a poco hemos hecho que todo funcione y que todo tenga un sentido, no es fácil, desde 2020 hemos estado trabajando, haciendo canciones y más canciones, pero paralelamente estaba haciendo un disco. Lo importante era que había que contar una historia. ¿Y qué historia voy a contar? Pues la que estoy viviendo. A día de hoy estoy en paz.

‘Yo no soy un ángel’ y ‘Casi nada’ son canciones muy melódicas. ¿Has necesitado liberarte de ciertas etiquetas?Como represento al rap femenino, se entiende que tengo que tirar barras y barras y barras. A mí también me gusta la melodía, usar mi voz para llenar algunas de las canciones. Te puede gustar más o menos, pero en mi disco yo hago lo que quiero.

Estamos en un momento en el que la industria sí que apuesta decididamente por la música urbana. ¿Sientes que eres una de las artistas que ha ido abriendo camino?Sí, sí, totalmente. Siento que las cosas locas que hice en su día, como ‘Lujo ibérico’, ‘Alevosía’, ‘Malamarismo’ incluso, han servido de inspiración para muchos artistas. Era como, “dale, estas locuras se pueden hacer”. Era cantar esto en español, una chica... claro que sí, eso ha sido positivo.
Me siento muy afortunada de poder haber allanado el camino.

Otra de las canciones que ha podido disfrutar el público como adelanto es ‘No molestar’. En su videoclip hay una imagen muy potente de un coche en llamas. ¿Hay algo algo de tu pasado musical que te gustaría quemar?
No, no me gustaría quemar nada en mi pasado musical. Cuando sale el carro, tiene que ver con un incendio que pasó en mi casa y yo tenía mucho miedo. Conecto con ese momento cuando era chica y vi que estaba todo ardiendo y no sabía qué hacer, con momentos que he tenido en la vida que no he sabido cómo actuar. Está esa conexión ahí, cuando sientes impotencia. Pero al final te das cuenta que eres adulta, que ya no eres esa niña y puedes apagar el fuego o puedes gestionar la situación y tomar el control.

En ‘No molestar’, como en ‘Ya nos conocemos’ se pueden apreciar esas raíces andaluzas. ¿Crees que esto te sale de forma innata por la ciudad donde has crecido?
Sí, sí, totalmente. Sale absolutamente de dentro. Supongo que lo tenemos tan interiorizado, la cultura andaluz, el flamenco, que es parte de nosotros. Suena rico porque conecta también con otros cantares más tribales de otras zonas. A veces pienso que ‘Ya nos conocemos’ podría ser perfectamente una canción peruana o de Colombia o de, no sé, incluso balcánica. Las raíces son caprichosas.

En otra canción, ‘Pagani’, hay un estribillo muy elocuente. ¿Es un mensaje directo a tus haters o no van por ahí los tiros?
No, es más chulería. Dentro de la historia del disco creo que refleja ese punto cuando ella se cree la reina del mundo. ‘Pagani’ sería cuando me creo la reina del mundo y que soy inmortal, nadie me puede hacer nada porque estoy protegida. Va más por ahí. Me gusta que el disco tenga un orden y que todo tenga un sentido, al igual que cuando colaboro con Polimá Westcoast en ‘No molestar’ sale que estamos teniendo este momento en que yo me siento ignorada, que para mí conecta con algo también de la infancia. Todo tiene su momento, es como un cuento.

A lo largo del disco hay alusiones religiosas, como en ‘Yo no soy un ángel’, el milagro de los peces, una canción que se llama ‘Oración’... ¿Hay algún dios al que rece Mala Rodríguez?
Sí, claro que sí. Para mí solo hay un dios y hablo con él, le rezo y le digo que soy su instrumento.
A veces perdí la fe, a veces me alejé un poco, pero está conmigo. Dios es el dueño de la música, el dueño de todo.

En una de las estrofas cantas “cuando no tuve nada conocí el valor de todo”. ¿Se aprecia más al éxito cuando el camino no ha sido sencillo?

Totalmente. Además yo vengo de familia muy humilde y he disfrutado mucho con muy poco durante toda mi infancia, que es el momento más bello que tengo, porque no ves la miseria cuando eres pequeño. Yo lo recuerdo ahora y pienso que no la cambiaría por nada del mundo, esos momentos de estar ahí, disfrutando de tu tiempo. Ahora los niños tienen 50.000 asignaturas, clases particulares, actividades extraescolares...se olvidan del momento presente, a veces lo único que quieren es un abrazo. Esa canción está conectada con un barrio en Brasil, nos dimos cuenta que las personas más felices son las que menos tienen, es algo para reflexionar, esa ambición desmedida no conduce nada más que a la frustración.

¿Qué nos puedes adelantar de la gira?

Voy a hacer un show a partir del otoño. Iremos con una compañía de danza, vamos a tener un recorrido por lo que es esta historia desgarradora y donde va a haber momentos muy especiales y muy emotivos.

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