Tras una primera toma de contacto con la hostelería cuando fue a Londres a aprender inglés y después de trabajar en el negocio familiar de la industria cárnica, Pedro López Mena decidió en el año 2008 iniciar su propia aventura empresarial.

Después de unas vacaciones en Brasil descubrió el ‘rodizio’, la forma tradicional de servir la carne en ese país, y se dio cuenta de que era un concepto que todavía no estaba explotado en España. Así nacía Brasayleña, una cadena de churrascarías que ya cuenta con más de 30 establecimientos en España, cuatro de ellos abiertos este mismo verano.

“Tuvimos la suerte de que los centros comerciales tenían locales disponibles por culpa de la crisis y eso nos permitió acceder a unos espacios que no hubieran estado disponibles en otras circunstancias”, recuerda López Mena. A partir de ese momento iniciaron una política de expansión en la que la prudencia ha sido su guía, sobre todo en los últimos años. “Nosotros queremos crecer, pero tienen que darse una serie de circunstancias. Si salimos a la calle y no encontramos locales que nos gusten, no vamos a abrir por abrir”, explica el empresario, que señala que esta actitud, unida a una dosis de suerte, fue la que permitió que la compañía no se viera tan afectada como otras durante la pandemia. “Nos pilló en un momento en el que no teníamos ninguna apertura prevista ni ningún invento”, recuerda López Mena.

APUESTAS
Lejos de conformarse con el éxito de Brasayleña, el emprendedor ha puesto en marcha otros negocios paralelos basados en diversos conceptos. Uno de ellos es La Burratina, que cuenta con un local de comida italiana en el centro comercial Nassica y que surgió como una oportunidad de “salir de nuestra zona de confort y demostrarnos que podíamos hacer cosas distintas”. También ha abierto dos tiendas Raw Açaí, especializadas en productos saludables, y hasta cuatro marcas de comida para llevar a domicilio como Pollo Criollo, Gyro Grill Hijos de Escobar o Hundy. Todas esas apuestas se enmarcan ahora dentro del grupo LEW Brand, del que López Mena es CEO.

Pero quizá la joya de la corona de su proyecto empresarial sea Mena, un restaurante con una superficie de más de 1.500 metros cuadrados situado en el centro comercial LaFinca Grand Café de Pozuelo de Alarcón. “La hostelería está cambiando para ofrecer una experiencia más global, no solo basada en la gastronomía en sí”, explica López Mena.

Precisamente en ese concepto se apoya Mena, que cuenta con cuatro espacios diferentes, zonas VIP y actuaciones musicales en directo. El empresario lo define como un ‘place to be’, un lugar “en el que la gente vaya a conectar con otras personas y se conviertan en clientes recurrentes”. Para ello han optado por una carta “atractica y variada con unos precios con los que el cliente se sienta cómodo” y con unas actividades que sean atractivas. “Creo que es un lugar único en España, no conozco un lugar parecido”, explica López Mena.

INFLACIÓN Y PERSONAL
El empresario también se manifiesta sobre dos de los grandes retos a los que se enfrenta el mundo de la hostelería: la inflación y la escasez de personal cualificado. En el primero de los asuntos señala que “hay que tener claro tus márgenes y lograr ese equilibrio entre lo que el cliente puede pagar y lo que tú tienes que ingresar para que tu negocio sea rentable”. En cuanto a los trabajadores, apuesta por la formación “por unos sueldos correctos, a los que se pueden sumar incentivos e intentar generar horarios beneficiosos para las dos partes”.