Personajes

Carmen Macedo:

“Quiero pensar que la mente humana está lejos de las perversiones que mostramos en la literatura”

La autora sevillana debuta con la novela ‘La noche que sonaron las campanas’ (N de Novela)

18.07.2024, 16:05

¿El hecho de ser tu primera novela hace que la alegría sea el sentimiento más destacado?
Esta novela va a tener lo que no puede tener ninguna otra, ser la primera, esa magia de las primeras veces. Evidentemente, eso ya no lo va a tener ninguna otra novela que pueda escribir. Además, yo me lo tomo con mucha calma y viendo qué pasa. Estoy muy contenta, pero bastante tranquila también porque, ya te digo, me lo tomo con calma y con mesura.

En este debut, ¿qué ha sido lo más complicado, el impasse de espera entre tener el libro finalizado y ver cómo lo recibe el público?
La editorial apostó por esta novela no hace tanto tiempo, decidimos que íbamos a publicar con N de Novela a final de año, así que no ha sido demasiada la espera. Además, yo la escribí sin el agobio de de que se debía publicar sí o sí, lo hice a mi ritmo y pasándomelo bien escribiendo, para mí ha sido un tiempo de disfrute todo. Como es el primer contacto que tengo con el mundo editorial, he disfrutado también con el editor, con los correctores.... ha sido más divertido que otra cosa en realidad el proceso.

Una autora de Sevilla que ambienta su primera novela en Asturias. ¿Qué te ha llevado a cruzar de sur a norte la península?
Así es desde que yo era chica, hace muchísimos años que cruzo la península, además siempre en coche, todos los años, cuando no visito solo Asturias, es Galicia y un par de días en Asturias o País Vasco, me gusta mucho todo el norte y especialmente Asturias. Tenía decidido que cuando me sentara a escribir algún proyecto más serio, lo quería ambientar allí, porque además me permitía hacer el tipo de novela que a mí me gusta, que es la novela policíaca, con cierta dosis de magia y de misterio y el ambiente, el espacio, te lo permite, te lo da. Lo que me ha hecho escribir una novela ambientada en Asturias es lo mismo que hace que vaya a Asturias continuamente.

He leído en tu ficha como autora que tus historias beben fundamentalmente de los paisajes.. ¿Ha sido ese el primer elemento, es decir, sobre lo que ha sido construyendo la historia, o tenías antes en mente lo que es la trama?
Yo decidí, como te he comentado, que cuando escribiera la primera novela iba a ser en Asturias, no tenía decidido el lugar exacto en el que iba a arrancar la trama. La historia arranca porque aparece una víctima, un cadáver bajo el tejo de Bermiego, un árbol milenario que hay en una localidad que está en el Concejo de Quirós. Hace unos cuantos años, una de las veces que estaba por el norte, en Cantabria fui a visitar una iglesia que se llama Santa María de Lebeña, que está en el Valle de Liébana, allí hacen una visita guiada y cuentan una historia sobre un tejo y un olivo que hay allí. El tejo desapareció porque se desenraizó después de una lluvia y ahora lo están recuperando a partir de un esqueje del mismo árbol. Allí prácticamente descubrí lo que era un tejo, porque claro en Sevilla es imposible ver un árbol así. Me encantó la historia del tejo y del olivo, así que un par de años después, en una ruta así perdida por Asturias, vi que había un tejo, el de Bermiego. Aquello me pareció mágico, impresionante, brutal, el sitio es una pasada. Sentí que era la clave: la historia del tejo, Asturias, un sitio súper auténtico como Bermiego, con personas que viven de una forma muy distinta a como vivimos en la ciudad. Me pareció que era perfecto para que la novela arrancara allí.

Dentro de tu amplia formación académica hay un máster en Criminología. Imagino que también juega un papel fundamental a la hora de articular novelas.
A mí en realidad el interés por la criminología me lo despierta, hace ya mucho, ‘A sangre fría’ de Truman Capote, es una obra donde la criminología tiene mucho que ver. Además, siempre me ha gustado mucho el tema del derecho penal también, y yo decido estudiar Criminología cuando termino la carrera de Periodismo por especializarme también en sucesos, aunque después, por tema profesional, me termino dedicando más a la comunicación corporativa y digital. El interés por la criminología lo he tenido desde hace muchos años, desde muy joven, como además siempre he leído mucha novela policíaca y mucha novela negra, estaba en mis intereses. Sin perder de vista que es ficción, intento que la novela sea muy rigurosa. Es verdad que el hecho de haber estudiado Criminología me da unos conocimientos y unos recursos, también saber dónde ir a documentarme, pero también me pone el nivel de exigencia más alto, es un tema que tengo que controlar; yo quiero ver el rigor en mis libros que me gusta encontrarme en otras lecturas, y que eso quede dentro de una lectura amena, ágil y entretenida.

El hallazgo de ese cadáver nos habla de un asesinato escabroso. Desde tu conocimiento en Criminología, ¿está muy lejos la mente humana de esa forma tan perversa que dibuja muchas veces la novela negra o es simplemente un recurso literario?
Quiero pensar que está muy lejos, que es un ejercicio literario y que está muy lejos de la realidad, aunque después vemos casos en los que evidentemente no es así. Cuando me embauco en una lectura es para evadirme un poco de la realidad, sí que es verdad que los libros lo interesante es que nos digan algo, nos hagan pensar, reflexionar, pero es una historia de ficción. Es verdad que en ‘La noche que sonaron las campanas’ aparece el cuerpo, pero no hay mucha sangre ni escenas demasiado duras, la historia va más por cómo investigan, por la relación entre los personajes, por la relación con el espacio y por sus vivencias más que por el detalle escabroso que yo intento evitar porque no es demasiado de mi agrado.

Precisamente uno de esos personajes, Juan Peña, en las primeras páginas ya vamos conociendo un poco sobre su personalidad, incluso sobre su vida familiar. Llama la atención que lleve tres noches sin dormir teniendo muchas pesadillas. Muchas veces se nos dibuja en la novela negra a investigadores obstinados con esclarecer un suceso, y no tantas el impacto emocional que tienen ellos todo lo que están investigando.
Los personajes son interesantes, creo que tienen bastante peso, y el protagonista, el investigador principal, es un muy empático y sensible. Lo que le ocurre es que este caso le llega en una edad avanzada relativamente, acaba de ser abuelo, está en un momento muy especial desde el punto de vista emocional, y va a Asturias a resolver un crimen pero tiene algunos fantasmas, algunas historias ahí del pasado en el plano personal, que además le han hecho difícil volver a Asturias durante muchos años. Ya veremos que, además, como en la investigación van a aparecer notas de misterio y él no deja de ser un señor de leyes y de procedimientos, va a tener un choque emocional y va a tener que abrir muchísimo la mente.

Precisamente quería preguntarte sobre ese enfrentamiento entre el pensamiento racional que tienen que aplicar para esclarecer todo lo que ha acontecido frente al pensamiento mágico tan presente en la mitología. ¿Son incompatibles?
Eso es lo que se ve en la novela, que van a tener que lidiar con las dos cosas. Para que se pueda después impartir justicia, la mitología tiene poca cabida, hay que ser mucho más práctico. Los personajes, Juan Peña en concreto, van a tener que abrir muchísimo la mente porque se van a encontrar cosas que por momentos van a a parecer más propias de otro orden, pero eso no les vale para resolver el caso.

Cuando se habla de la mitología, se mira sobre todo a Galicia. ¿Está la asturiana infravalorada?
Puede que sea menos conocida, es verdad que fuera de Galicia se conoce quizá más la tradición gallega de lo que se conoce a la asturiana, pero hay muchas similitudes, de hecho en la novela aparece La Güestia que no deja de ser la Santa Compaña. La mitología gallega y la asturiana tienen muchos puntos de conexión.

¿Ves esta novela muy adaptable para el mundo audiovisual?
Ya me la han preguntado con anterioridad, y te digo lo mismo, adaptable es total porque hay mucho peso de espacio, de ambientación, hay también peso de sonidos, pero sí que es cierto que yo la novela no la escribí con esa pretensión ni lo he tenido en cuenta en ningún momento. A mí me parece que es una novela bastante visual, y si la miras con esos ojos puedes ver hasta incluso movimientos de cámara, creo que es por mi propio estilo, no porque la haya escrito con esa pretensión, lo que quería era, simplemente, que la novela se publicara y se pudiera leer. Sería bonito que se adaptara evidentemente porque sería darle un recorrido mayor a la historia. Sería una pasada ver los escenarios que se cuentan ahí, lo bonita que es Asturias en un producto audiovisual.

Aparte del entretenimiento, que es una parte fundamental dentro de la literatura, ¿hay alguna reflexión que te gustaría que dejara en el lector este libro?
No es un libro que pretenda moralizar a nadie, cuenta una historia, busca entretener, es un libro que se lee bastante bien y que le puede gustar tanto al lector de novela policía más clásica como a un lector más ocasional, sí que es verdad que hay algunos temas que se tratan y que nos pueden hacer reflexionar, pero no hay una moraleja ni una moralina que se quiera transmitir. Se plantean puntos de vista de distintos temas, por ejemplo, hay una investigación en una época no demasiado lejana donde se reflexiona sobre el papel de la tecnología, sobre los cambios de valores de los jóvenes porque en el equipo de investigadores hay distintas generaciones. Creo que cada cual hará su lectura y sacará las conclusiones que tenga que sacar.

He leído algunas reseñas que hay sobre la novela y hay comparaciones con autoras como Dolores Redondo o Eva García Sáenz de Urturi. ¿Qué supone para ti esa comparación?
Me abruma, me abruma muchísimo, evidentemente. Dolores Redondo para mí es una referente absoluta en la literatura actual española, igual que otros autores como pueden ser en novela policíaca Lorenzo Silva. Por un lado me enorgullece que alguien que tenga criterio haya podido llegar a esa conclusión, pero tengo que comer muchos bollos todavía, como decimos por mi tierra, para aproximarme a Dolores Redondo (entre risas).

Directora de Marketing, hemos hablado de ese máster en criminología, doctoranda en Comunicación... ¿Dónde encuentras el espacio y el tiempo para tu vertiente más literaria?
Soy muy aplicada para todo lo que me pongo a hacer, entonces, si me pongo a escribir una novela, soy aplicadísima. Evidentemente lo saco del tiempo libre, porque sí, como dices, trabajo en marketing y hago también otras cosas. Sí es verdad que ahora en el sector tecnológico en el que yo trabajo tenemos muchas facilidades con el teletrabajo, es más fácil embarcarse en estos proyectos. Para mí tiene la misma importancia la escritura que el trabajo, y cada cosa tiene su espacio. Escribirme lo tomo con la misma seriedad que el trabajo, pero no me cuesta, me gusta muchísimo escribir, así que no me importa pasarme todos los fines de semana de verano, que hace mucho calor en la calle, en casa escribiendo.

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