Personajes

Mago Yunke:

“No miento nunca, ni siquiera haciendo magia; la honestidad es importante”

Uno de los grandes ilusionistas de nuestro tiempo, Mago Yunke, lleva al GTM Espacio La Vaguada su espectáculo ‘Hangar 52’, un show para disfrutar en familia en estas fechas

Una de las palabras que más asociamos a la Navidad es magia, un término que, en el caso de Mago Yunke, cobra un significado más allá de estas fechas tan señaladas. Hasta el 18 de enero presenta el espectáculo ‘Hangar 52’ en un lugar especial, el GTM Espacio La Vaguada, dentro de este centro comercial.

Nueva temporada, nueva gira de ‘Hangar 52’. ¿Cómo afronta este momento?
Con la ilusión de siempre. Me gusta hacer proyectos nuevos y presentar cosas diferentes. Este espectáculo es, en cierto modo, un resumen de toda mi vida, pero es un resumen vivo: sigo incorporando nuevas lecciones porque estoy en mejora continua y constante. Soy muy inquieto, no me ocupo solo de actuar, sino de toda la puesta en escena, que todo esté en su sitio. Cuando uno tiene tantos conocimientos, es más fácil crear y contar lo que hace.

¿Cuál es el mayor reto de esta nueva temporada en ‘Hangar 52’?
El primer reto ha sido montar todo esto aquí arriba, en una azotea. Es probablemente la carpa de mayores dimensiones que se ha instalado en una azotea en Madrid, en La Vaguada. Subir el material, montar el espectáculo aquí arriba, no estar a pie de suelo... todo eso es un reto nuevo. Por dentro diría que es como un teatro, con las paredes sólidas para que esté aislado, pero realmente es una estructura efímera, se puede desmontar y llevar a cualquier lado. El espectáculo en sí no me preocupa, porque tengo garantías de que funciona, tiene mucho ritmo y gusta a las familias, se lo pasan muy bien. El reto ahora es mimarlo, cuidarlo más y lograr que la gente se vaya con una sensación todavía mejor.

  • Espectáculo de ‘Hangar 52’

Sin hacer demasiados ‘spoilers’, el público que venga va a viajar en el tiempo, ¿qué se va a encontrar?
Eso sí que es apasionante, porque aquí contamos secretos jamás desvelados de Leonardo da Vinci, puertas interestelares del Antiguo Egipto, rituales de guerra de la gran Muralla China, aviones desaparecidos en la Segunda Guerra Mundial... También contamos la maravillosa historia de Jasper Maskelyne, un soldado inglés que, usando el ilusionismo, consiguió engañar a las tropas alemanas durante la guerra para ganar alguna batalla. Es precioso ver cómo los magos han formado parte de la historia, siempre jugando con la verdad, la ilusión y la fantasía de crear microhistorias porque tampoco estoy buscando contar una historia cerrada.

El espectáculo tiene un hilo narrativo, pero la magia sigue siendo lo principal.
Exacto. No busco contar una historia cerrada, sino microhistorias. Por ejemplo, ‘La bella y la bestia’ es un espectáculo maravilloso, pero la historia tiene tanto peso y tanta fuerza que los grandes efectos de ilusionismo que hay dentro de la obra la gente los olvida, salen del teatro sin haber sentido la magia. Para sentirla, tiene que haber un mago sobre el escenario, pero que, a su vez, no esté dentro de una historia. Aquí la magia es lo importante, no está puesta al servicio de una trama, la sensación de asombro es predominante. Si encima te cuentan una microhistoria, eso es perfecto, pero hay que conocer muy bien los tiempos, llevo 30 años en el mundo de la magia y he podido comprobar, porque también me he equivocado muchas veces, que cuando cuentas una historia la magia se desvanece, no tiene fuerza. Aquí la historia acompaña, no eclipsa.

Además, se trata de un espectáculo para toda la familia.
Totalmente. Muchas veces los adultos llevan a los niños a ver un espectáculo y no lo disfrutan. Aquí no, disfruta mucho el abuelo, el padre y el niño; es para todas las edades, cada uno ve cosas distintas según su edad. Es el espectáculo que a mí me habría gustado ver cuando era niño. Ojalá hubiera podido verlo con mis padres, hubiese sido un sueño. Es un show de aventura blanco, que te transporta en la Historia, realmente agradable de ver.

Sobre la magia, hay que matizar que lleva sello personal...
Sí. Esta magia está creada específicamente para este espectáculo, es una magia de autor. Hay muy pocos magos, no solo en España sino en el mundo, que creen su propia magia, y yo tengo un taller desde pequeño donde he ido construyendo mis propios trucos. Eso lo diferencia de otros espectáculos, que la magia de aquí no la van a poder encontrar en otro sitio. No puedes ir a una tienda de magia y comprar lo que ves aquí. Todo es mío, 100 % original. Incluso había juego que compré en Estados Unidos porque me gustaba mucho, pero como era todo tan personal decidí quitarlo del espectáculo y sustituirlo por otro mío para que sea completamente personal. Respeto mucho al mundo de la magia, así que ojalá que otros magos puedan venir a verlo y disfruten de todo el esfuerzo que hay aquí.

¿Es difícil innovar en un arte con tantos años de historia como la magia?
Creo que no está todo inventado. Me preguntas si es fácil, para mí sí, llevo toda mi vida innovando. La creatividad es un músculo que se va desarrollando, así que cuando llevas 30 años inventando magia, tienes más conocimientos y aparecen más tecnologías, siempre las acabo incorporando. Cada vez tengo más herramientas y conocimientos para poder crear. Las ideas no se agotan, es como un papel en blanco y un lápiz: puedes escribir una novela, una historia... lo que se te ocurra. En mi caso tengo facilidad para la creatividad, me encanta, me apasiona, de hecho es lo que realmente me gusta. Si me dijeran que ya no tengo nada que inventar, que el espectáculo está todo montado, quizás algunos lo verían como algo positivo, pero en mi caso me matarían. Necesito crear algo nuevo. Por ejemplo, nada más entrar el público se va a encontrar una exposición con pequeñas fotos que son parte de las historias que contamos en el escenario. Es algo que me ilusiona un montón, un trabajo con el que he pasado horas y horas, es como un juguete nuevo para mí. Soy así, me gusta trabajar y esforzarme, es algo que me ilusiona, si no tuviera nada que hacer, me aburriría. Las vacaciones son, para mí, un periodo de creación, tal vez sea un defecto.

Dentro del espectáculo, ¿hay algún momento que disfrute especialmente?
Hay una parte con niños que es muy bonita, porque juegas con la inocencia. Tengo dos hijos que ya han crecido y, desde que llegaron a mi vida, noté que tengo una conexión con los niños fuera de lo normal. Hay un juego pequeño, muy sencillo, pero lleno de ternura que, curiosamente, es el favorito del público. Luego hay grandes ilusiones, desapariciones, tecnología, vídeo... incluso una noticia ficticia contada por Mónica Carrillo, la periodista de Antena 3. Por ejemplo, proyectamos un vídeo de una noticia real sobre un trozo de avión que encontraron en las costas de Peñíscola. Todo tiene ritmo y verdad. Yo no miento nunca, ni siquiera haciendo magia. Puedo no contar todo lo que sucede en un juego de magia, pero la honestidad es muy importante para que exista esa sensación de verdad. Así lo siento y así trato de transmitirlo.

  • Espectáculo de ‘Hangar 52’

Cuando alguien va por la calle y ve un cartel de este espectáculo, ya sabe quién es Mago Yunke. ¿Ha sido muy complicado llegar a este punto de reconocimiento?
No me he dado cuenta porque no lo he buscado. Nunca he querido ser famoso ni popular, no hago nada que no tenga que ver con la magia. Por ejemplo, no me veo un ‘reality’ porque no le veo el sentido. No busco ser famoso, sé que puede sonar contradictorio, pero hablo desde la honestidad y desde mi forma de entender la vida. He hecho magia porque es lo que me gusta, todo el proceso, desde pensar un efecto, desarrollarlo y llevarlo al escenario, toda la técnica que tiene detrás y cómo impacta en el espectador. Me cuesta estar encima del escenario después del espectáculo, sobre todo al final, con los aplausos, me da vergüenza, estoy incómodo, es lo que peor llevo. Es mi por mi forma de ser; soy tímido, no me siento artista encima del escenario. No tengo esa sensación, ni la quiero. Una vez se me vaya la ilusión de crear, seguramente desapareceré de los medios de comunicación, no estaré en ningún sitio público. Soy un hombre familiar, vamos a tener una niña en breve. Lo que busco es ser buena persona, hacer las cosas bien, ser cariñoso y agradecido con la gente que se gasta un dinero para venir, porque sé el esfuerzo que hace una familia desde el punto de vista económico para salir de casa y estar aquí, sobre todo ahora, que hay tantas alternativas de ocio. Me alegra mucho que en La Vaguada el parking sea gratuito durante dos horas, que es más o menos lo que dura el espectáculo. También te digo que venir aquí deja algo positivo al público: en los teatros aprendes a escuchar, a guardar silencio, a aplaudir cuando toca y a agradecer lo que estás viendo. Todo eso forma parte de la educación, por eso creo que las familias que van con sus hijos a ver espectáculos u obras de teatro tienen una cultura más rica que les permite crecer como seres humanos.

¿El mago nace o se hace?
El mago nace, necesitas tener unas cualidades, pero se va haciendo con el tiempo, dependiendo de lo que trabajes y de la pasión que tengas. Sé que tengo unas cualidades para hacer magia, pero si no hubiese sido muy tenaz, no hubiera llegado hasta aquí. Para mí seguir una estrategia de marketing para hacerse famoso es algo vacío. Cuando tienes recursos y trabajo, eso te permite hacer magia en cualquier situación, y es porque hay verdad en lo que cuentas.

En tiempos de inteligencia artificial, ¿aliada o enemiga de la magia
Aliada. La IA es una herramienta muy poderosa, pero tienes que tener esa experiencia, esos conocimientos y esos criterios para que te ayude a materializar ideas y ahorrar en tiempo. La IA puede ayudar, pero nunca puede sustituir la parte humana de las cosas. El público viene a ver a alguien sudando en el escenario, algo real, en directo. Esa sensación de asombro sólo se puede sentir en vivo, no se puede replicar en casa.

Ha sido tres veces reconocido en el Mundial de Magia FISM. ¿Qué significa para usted? ¿Otorga más visibilidad?
Es el premio más prestigioso del mundo de la magia. Es un certamen que se celebra cada tres años. Competí por primera vez en el 2000 y gané un segundo premio. Después, en 2018, volví a participar y gané de nuevo un segundo premio, pero en ese caso no hubo ni primer ni tercer premio. Y en 2022 gané el primer premio en Québec, Canadá. Por eso hablo de la tenacidad, de no bajar nunca los brazos. En 2025 se hizo el siguiente Mundial, pero no se ha otorgado el premio que yo gané tres años antes, es decir, el jurado no ha visto que los magos participantes merezcan tener el primer premio. Valoran a todos los magos que se presentan, pero, por ejemplo, si consideran que el mejor es digno sólo de un tercer premio, es el reconocimiento que le otorgan, no el primero. No tiene que ver con la cantidad, sino con la calidad. Es un prestigio enorme dentro del sector, porque ese reconocimiento FISM es para toda la vida. Estoy muy orgulloso de tenerlo, pero no me considero el mejor del mundo. El verdadero premio es el aplauso del público cada noche con un espectáculo que hayas montado.

Para terminar, ¿qué le gustaría decirle al público?
Que vengan con los ojos de un niño a ver este espectáculo, que no lo vean como un engaño o una trampa. La magia y el ilusionismo generan sensaciones muy bonitas. Que se dejen engañar de forma honesta y disfruten de la magia. Por mi parte, voy a dar todo lo que tengo para que vivan una experiencia inolvidable.

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