La Casa de la Juventud rinde honores a la labor de voluntarios
Coincidiendo con el día mundial, Colmenar entregó nueve premios a personas que permiten a varias entidades desarrollar una importante labor social
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Los primeros días del último mes del año están marcados por dos festivos, el Día de la Constitución y el de la Inmaculada Concepción, aunque un poco antes, el día 5, tiene lugar otra efeméride que no pasó desapercibida en Colmenar Viejo: el Día Internacional de los Voluntarios.
La Casa de la Juventud fue testigo de la VII edición de la Gala del Voluntariado, un evento organizado por la Concejalía de Política Social e Igualdad del Ayuntamiento colmenareño. Por el escenario pasaron nueve voluntarios cuya labor recibió un reconocimiento público.
“En esta gala hemos puesto cara y nombre a personas que realizan una gran labor y que, de forma anónima y sin esperar nada a cambio, dedican su tiempo y su cariño a otros vecinos para mejorar su calidad de vida, comprometiéndose con la sociedad y transformando esta ciudad en un lugar más fuerte, más unido y, sobre todo, más humano”, explicó al respecto Isabel Álvarez Díaz, concejal de Política Social e Igualdad, quien añadió que “además, han sido seleccionados por las entidades sin ánimo de lucro en las que colaboran y por sus compañeros, otros voluntarios con los que trabajan a diario, haciendo este reconocimiento aún más especial”. La propia edil destacó que “este Consistorio reitera su compromiso con esta encomiable labor para fomentar la cultura del voluntariado y seguir contribuyendo a que esta red de solidaridad siga creciendo cada año”.
NOMBRES PROPIOS
Respecto a la lista de galardonados, por parte de Cruz Roja subió al escenario Teodoro. Hay que recordar que esta organización busca proteger la salud y hacer respetar la vida humana, promueve la comprensión mutua, la amistad, la cooperación y una paz duradera entre los pueblos.
Beatriz fue la representante del Comedor Social San José, que abrió sus puertas en 2010 con el objetivo de ayudar a todas esas personas que estaban atravesando situaciones de extrema necesidad. Por la Fundación Basílica, que promueve acciones destinadas a los colectivos en riesgo de exclusión y en situación de desamparo, principalmente de las personas mayores, desarrollando además acciones a favor de la vida cultural, religiosa y artística, recogió el premio Fernando.
Marisa fue la representante de la AECC, mientras que Alberto recogió otro premio por su labor en ASPRODICO, una entidad social que trabaja activamente en la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y sus familias. La lista la completaron Alberto, Julia, Chus y Begoña, de Amigos del Pueblo Saharaui, VIHDA, ADAAC y Envera.