Personajes

Ultraligera:

“En esta época de buenismo conmueve aquello de lo que no hablarías en una comida familiar”

La banda madrileña pone el broche a su exitosa gira con cinco citas en La Riviera: 9, 11, 13, 14 y 21 de octubre, todas ellas con ‘sold out’

Acuden puntuales a la cita en un bar situado en el corazón del barrio de Salamanca, demostrando que se alejan de determinados estereotipos que acompañan a una banda de rock. Gisme (voz y letras), Coque Fernández (guitarra), Santi Urruela (bajo) y Martín Aparicio (batería) (en los directos, se les une Kash a la guitarra rítmica) componen Ultraligera, un grupo al alza que habla con la misma honestidad y contundencia que destila su música.

El 7 de marzo publicaban ‘Pelo de Foca’, después han tenido unos meses con numerosos conciertos en una gira que se cierra en con cinco Rivieras. Va a ser difícil que Ultraligera olvide este 2025.
Gisme: Sin lugar a dudas. Cualquier cosa que se haga por primera vez queda grabado en la memoria como algo histórico en tu propia vida, pero es que esta primera vez ha sido monumental, ha supuesto un cambio en la banda. Siempre habíamos soñado con vivir de la música. Éramos bastante optimistas con el disco, sabíamos que era algo magnético, que tenía fuerza, pero no habíamos siquiera podido intuir lo que vendría con esta gira. Con un poco de prudencia sacamos la primera Riviera y han sido unas semanas de locura al ir añadiendo un concierto más en La Riviera, que se agotaran las entradas en apenas un par de horas y sin saber muy bien qué había hechizado a la gente de esa manera para querer formar parte de este proyecto.

En este tiempo han tocado en diferentes salas, como Teatro Eslava, pero también en grandes festivales como el FIB o el BBK. ¿Dónde se siente más cómodos?
Coque Fernández.
De una forma u otra hemos ido pasando por todas las salas de Madrid, desde Honkey Tonk hasta Teatro Eslava o Siroco, ya sea con Ultraligera o con la banda que empezamos; llevamos tocando juntos diez años, desde que éramos adolescentes, así que hemos ido adquiriendo tablas y experiencia. En festivales empiezas desde abajo, tocando a primera hora y abriéndonos paso. Cada cosa tiene su interés, de las salas mola que es tu público, no tienes que convencer a nadie, a esa gente le gustan tus canciones, se las saben y han pagado para verte, es tu comunidad.

Gisme: Lo que está claro es que a una banda que no haya hecho salas, yo no me la creo. Cada cosa tiene su magia, pero una banda que sólo va a festivales, que no haya hecho salas y no sabe lo que es tener a la gente a medio metro emocionándose, o no, con tus canciones y ver sus reacciones, es muy difícil que llegue a empatizar con ella. El rock nació en salas y luego pasó a los estadios, la música tiene que empezar en lugares pequeños.

En esta gira de salas se ha repetido el mensaje de ‘sold out’. ¿Llegan a acostumbrarse a ello?
Coque Fernández.
Por ser sincero, es algo a lo que sí nos hemos acostumbrado, ha sido una tónica durante toda la gira, sacábamos una fecha y se agotaba a los pocos días e incluso en unas horas. Seguimos igual de agradecidos, pero es cierto que no es la misma sensación que cuando agotamos la primera Riviera en dos horas, eso nos dejó en shock porque lograrlo con nuestro primer disco ya era un logro y un hito para la banda. Ahora quizá sorprende menos, pero emociona igual. Además vemos mucha gente repitiendo. Eso nos da responsabilidad: cuando tienes una sala llena, tienes que dar el 100%.

Hablemos del disco. ‘Pelo de foca’ lo componen 12 canciones, algunas de ellas, como ‘Matanza en el hotel’ o ‘La basura’ acumulan millones de reproducciones. ¿Supone una sorpresa una acogida así?
Gisme:
’Matanza en el hotel’ ha sido una gran sorpresa, nadie esperaba que se iba a colar en el Top 50 viral de España entre temas de reggaetón, siendo un tema de rock con guitarras distorsionadas. Luego hay algunas que en directo sorprenden, aunque no tengan esas cifras tan millonarias, se forma una hecatombe al tocarlas.

Coque Fernández: ‘Pelo de foca’, que a priori no es de las más escuchada en plataformas, es parte central de nuestros directos, es una bandera que lleva Ultraligera.

En otra entrevista comentaban que ‘Matanza en el hotel’ casi se queda fuera del disco...
Martín Aparicio: La coproducción fue con Óscar Clavel. Escuchamos los temas que iban a entrar en el disco, y él nos insistió en que debía entrar. Le añadimos algún teclado y poco más, funcionó perfectamente sin cambiar demasiadas cosas respecto al inicio. Nos llevamos una grata sorpresa porque nadie apostaba por ella.

Gisme: Nos parecía que tenía una letra un poco agresiva incluso. Pero si de algo nos hemos dado cuenta, y creo que esto es muy interesante dentro del proceso de ‘Pelo de foca’ y quizás uno de los grandes descubrimientos, es que en una época de buenismo, donde parece que hay que sacar nuestra cara más políticamente correcta todo el tiempo, a la gente lo que más le conmueve son las cosas de las que no podrías hablar en una comida familiar, cosas con cierto salvajismo que hablan de miedo, de violencia, de celos... Por hablar de ello no eres peor persona, es algo que está en la naturaleza humana y al sacarlas se genera, de alguna manera, una catarsis. Gritarlo todos juntos en un concierto, con miles de personas alrededor, es liberador.

‘Pelo de foca’ ha situado a Ultraligera entre el gran público, pero antes publicaban un EP, ‘Europa’. ¿Supuso un punto de inflexión en el reconocimiento popular de la banda?
Gisme:
En ‘Europa’ no nos conocían casi ni nuestros amigos. Sí abrió el camino a que entrara nueva gente, pero llenábamos lugares muy pequeños gracias al boca a boca entre amigos, veíamos a poca gente nueva en los conciertos. Ha sido todo el boom con ‘Pelo de foca’.

Coque Fernández: El verdadero punto de inflexión fue la primera gira de salas nada más sacar el disco. Era la primera vez que salíamos por toda España, comprobar cuánta gente nos conocía en cada ciudad y ver que el directo convencía. Eso generó boca a boca y consolidó a la banda.

Gisme: El directo es muy salvaje, da para muchas sensaciones. No queremos que la peña venga a pasárselo bien, aunque claro que lo hacen; lo que buscamos es remover algo dentro, que sea una especie de ritual, que esté bien todo lo que pase, que te puedas sentirte como tú quieras, donde puedas liberarte desde la alegría, la rabia o lo que te haya pasado esa semana. Creemos que las artes escénicas tienen que tener esa misión. Estamos en una cultura del entretenimiento que llega a asquear, todo es entretenimiento, pero, ¿qué es lo que realmente te toca? Un concierto o una serie te pueden hacer pasar un par de horas divertidas, la cuestión es de dónde sales trastocado. Es ahí donde queremos dirigirnos. Eso lo hace más difícil, evidentemente, porque hace que tengas que dar mucho más de ti, no vale con dar una buena cara y hacer un repaso de de los temas, tienes que concentrarte antes y salir a vaciarte. Eso a veces hace daño, de hecho, entrando en un terreno más personal e íntimo, eso ha hecho que haya habido más domingos duros, momentos en los que no te encuentras porque te has quedado en el escenario y no te recuperas hasta pasado varios días. Las giras son muy bonitas y te hablan solo de lo bueno, pero también hay una parte dura donde debes sostener esa entrega.

Siempre se habla del cansancio físico que genera una gira, pero, ¿cómo llevan el desgaste emocional?
Gisme: Al principio fue una gira de excesos que al final hemos sabido gestionar cuando ya no te impone tanto miedo esa idea de vaciarte, ahí puedes empezar a sostenerlo desde otro lado y hacerlo con tus capacidades más naturales, con las herramientas que tienes en directo. En el inicio de la gira por salas pequeñas, al cansancio físico se sumaban resacas grandes y hubo momentos donde lo hablamos y coincidimos en que estaba siendo guay pero que no iba por ahí. Hubo un cambio grande a mitad de la gira; no queremos correr la misma suerte que otros tópicos del rock, esto se puede hacer desde un punto de vista más comprometido sin perder de vista alguna fiesta puntual.

¿En qué ha cambiado Ultraligera desde el lanzamiento en 2021 de ‘Mierda de fiesta’?
Santi Urruela: Han cambiado los medios que tenemos, pero el espíritu de la banda sigue siendo el mismo: seguimos teniendo las mismas ganas de hacer lo que nos gusta. Al haber llegado a más público, tenemos más recursos, conocemos a más gente y tenemos más experiencia. Ahora viajamos 15 personas, no solo los cuatro, y no llegamos a los conciertos después de conducir siete horas. Podemos dedicar la energía solo a tocar.

Hay muchas bandas que aseguran que la principal dificultad es llegar a poder vivir de la música y tener que compaginar al inicio los conciertos con otras ocupaciones.
Coque Fernández: Evidentemente todo el mundo quiere vivir de esto y llenar la nevera con lo que ganas en la música, pero para nosotros no ha sido algo muy importante. Hemos empezado a vivir de esto desde hace relativamente poco, la banda ya era medio conocida, hacíamos festivales y tenía ciertos números, pero no obteníamos beneficios porque aún estábamos invirtiendo en grabaciones, pagar bien a todo el equipo, luces, producción, nuevos instrumentos... Si hubiéramos querido ganar dinero estaríamos en otra cosa, no en la música. Ahora sí podemos mantenernos, y lo agradecemos mucho. El objetivo era hacer una propuesta artística y una banda de rock grande, no llenarnos los bolsillos.

Llegar a este grado de reconocimiento también supone lidiar con la crítica. ¿Es algo a lo que prestan atención?
Gisme:
La crítica, por lo general, nos parece despreciable a estas alturas. Antes tenía un sentido, era gente que tenía una faceta artística, que trataba de desgranar los discos, de darle otra visión; a día de hoy son ‘influencers’ que sólo quieren más escuchas y mejores cifras, por tanto se inventan cualquier gancho para aprovecharse de la imagen de una banda. Además, muchos de esos críticos cobran por parte de las bandas, y Ultraligera nunca en la vida no ha pagado ni pagará a un crítico por hacer una reseña. Cuando tienes esa postura, no les caes bien y tratan de meter un poco de mierda. Vive un mal momento la crítica y, por mi parte, podría extinguirse.

Ultraligera tiene mucho arraigo en Madrid. ¿Hay algún lugar de la capital donde les gustaría tocar?
Coque Fernández:
Me encantaría tocar en la Plaza Mayor, hemos vivido allí muchos momentos personales y sería especial tocar en el corazón de nuestra ciudad. También el Teatro Real sería un sueño.

¿Cómo van los preparativos para las cinco actuaciones en La Riviera? ¿Hay nervios?
Gisme: La verdad es que no, estamos tan preparados después de toda la gira que supone un trabajo divertido, como preparar una gran fiesta de cumpleaños entre amigos. Ahora tenemos medios, hay más ganas y ambición de hacer de esta fiesta una cosa especial. Aunque la rentabilidad no se nos da bien, va a quedar un show muy loca. Lo estamos viviendo más desde la ilusión, no sé si cuando se acerquen los días llegarán los nervios.

¿Tienen algún ritual dentro del camerino antes de salir al escenario
Coque Fernández:
Nos damos un abrazo antes de salir. Nada de gritos, nos pareció más propio de equipo de fútbol.

Martín Aparicio: Nos gusta escuchar música oscura, fuerte, antes del concierto, prepararnos bien, meternos en la onda para dar caña.

¿Qué suena en la ‘playlist’ de Ultraligera durante los viajes?
Gisme: Alice in Chains, Black Sabbath, pero también The Strokes o Porcupine Tree, últimamente.

Ahora que atraviesan un momento dulce, ¿qué parte de la música es la que más les ha sorprendido?
Gisme: No se insiste en esa parte más oscura, qué haces los días que no tienes compromisos, cómo se sobrelleva ese vacío después de citas tan grandes con tanta socialización. A veces me he sentido sin estrategias hasta que yo mismo las he creado porque los artistas a los que admiraba nunca hablaban de eso; parece que siempre se vive en lo alto de la ola, o que siempre estás en fiestas interesantes o en camerinos. Es verdad que parte de la música es eso, pero está bien normalizar no hacer nada, encontrarte con tu parte más humana, más tranquila, la parte no exitosa, seguir teniendo problemas en tu vida cotidiana... Todo eso es importante para poder desempeñar a un alto nivel un concierto. Ese paseo por el barrio, ir al cine o pasar tiempo con tu pareja o amigos son cosas que sustentan la parte de caos en la que te entregas a la gente y lo dejas todo.

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