Personajes

Barei:

“Antes tenía apego al resultado, ahora disfruto mucho más del proceso”

La artista madrileña, que representó a España en Eurovisión en la edición de 2016, presenta las canciones que darán forma a un disco con el que abre nueva etapa

Desligar la música de las emociones es un ejercicio tan imposible que se convierte en una cuestión casi irrebatible. Lo que no se suele tener tanto en cuenta es que, todo aquello que genera una canción al ser escuchada, ya lo ha experimentado en primera persona el artista. Una muestra de ello son las nuevas canciones de Barei, con las que abre una nueva etapa y que darán forma a un álbum que verá la luz en 2025.

Publicas música nueva, unas canciones que ven la luz después de un pequeño paréntesis. Lo primero que llama la atención es que cantas en castellano. ¿Por qué esta elección?
Volver al castellano es un poco para regresar a la espontaneidad a la hora de componer. Cuando componía en inglés tenía mucha coherencia con mis referencias e influencias, pero no me permitía ser tan directa, vomitar las cosas de una manera tan sincera, tan verdadera, tan real. He tenido muchas experiencias vitales que quiero contar y cantar, y me apetecía poder ser más espontánea a la hora de crear.

‘¡Cómo dolisteis!’, ‘Me la lías’ y ‘Deordenadas’ son las tres canciones que hasta ahora han visto la luz. Hay una línea común de unas bases electrónicas y unas cuerdas. ¿Cómo ha sido ese proceso de definir el rumbo a nivel de sonido?
Muy desordenado, como el tema de ahora (entre risas), de hecho fue la primera canción que empezamos a componer, hemos tardado dos años en terminarla, porque yo no sabía muy bien por dónde quería tirar. No sabía ni siquiera si quería volver, tenía un poco de rechazo a volver a estar en el foco mediático, por pequeño que sea, no a la música, sino a la parte de ser yo quien se expone. Me daba un poco de pereza por un lado y sentía rechazo, porque la parte superficial que conlleva esta profesión de eventos, redes sociales, estética, maquillaje... todas estas cosas están muy enfocadas hacia afuera por ser un trabajo caro al público y yo estoy en un viaje muy introspectivo, muy hacia adentro. Sentía que en ese momento no iba a ser coherente, pero a la vez entendí que esta carrera implica tener esa parte que no te gusta tanto, como en cualquier trabajo, hay una parte que a lo mejor no es tan amable pero que tienes que ejecutarla igualmente. Decidí volver desde otro lugar. Para ello había otras cosas que primero tenía que trabajarme, como el apego al resultado, esa sensación de disfrutar del camino y no estar solo pendiente de qué va a pasar con lo que vamos a hacer. No tenía muy claro desde dónde volver, con el estilo que quería hacer, aunque quería hacerlo, obviamente, en castellano por esto que te acabo de decir, por poder ser más espontánea y más verdadera, pero a la vez no quería perder esas influencias. Había que buscar la manera con Antonio Escobar, el productor, y con Jonathan Pons. Hemos ido creando canciones, buscando un hilo conductor, que es ese trío de cuerdas que va a estar presente tanto en el directo como en toda la producción del disco, y esa base electrónica que me caracteriza de siempre. Había que fusionar eso a la vez con el castellano y que funcionara.

Ha sido un poco desorganizado el comienzo pero creo que una vez que hemos cogido la inercia y ya teníamos claro hacia dónde queríamos ir, ya sale muy fluido, de hecho, está siendo muy fácil componer y sentarnos a hacer cosas. Me lo estoy pasando muy bien en el proceso, cosa que hacía mucho tiempo que no pasaba, estaba tan pendiente de la repercusión o de qué se llevaba, qué tendencia, hacia dónde tenía que ir, qué pensaba que se esperaba de mí, que en realidad probablemente no se esperaba nada o esperaban otra cosa, no lo sé, es todo una elucubración mía que creas desde tu inseguridad. Necesitaba coger confianza, seguridad, tener un equipo en el que confiar, permitirme disfrutar del camino y mostrarme tal y como me siento ahora. El proceso ha sido muy desordenado porque requiere un crecimiento personal y un proceso vital largo, esto no se cambia de la noche a la mañana. He estado seis años retirada en los que he seguido componiendo detrás de las cámaras, por decirlo de alguna manera, para otra gente, acompañando también de vocal coach en otros proyectos y haciendo cosas en el estudio con más gente, pero en mi proyecto necesitaba primero hacer todo este proceso vital para poder llegar a este proceso musical.

“El proceso ha sido largo, requería un crecimiento personal y un proceso vital”

‘Desordenada’ ha sido el último single que ha visto la luz, con una letra que tiene frases muy potentes. ¿Habla de desamor, o no necesariamente?
Creo que se puede enfocar a cualquier cambio relevante en tu vida. Al final, cualquier cambio relevante te puede dejar hecho un puto desastre, porque no sabes hacia dónde vas. Es verdad que en este caso sí tiene más enfoque en la ruptura de una relación, pero me gusta que las canciones se las lleve cada uno a su terreno, y creo que, si lo escuchas desde otro lugar, puede parecer que yo tenía una proyección de mi vida, de mi trabajo, de una amistad, de una relación, de lo que sea, y de repente la vida te dice “pues no va a ser por aquí, sino por otro lado”. Te tienes que adaptar a ese giro, a esa otra dirección que no tenías ni siquiera en mente. Primero es un caos porque no sabes ni cómo vas a afrontar eso, ni quién eres, ni te lo habías planteado nunca y, de repente, asumes que es lo que me toca. Pasas por ese duelo del que habla la canción, pasas por la negación, por la aceptación... Tienes rabia, de repente sientes que está todo ordenado y otra vez te vuelves a pegar un batacazo que te conecta con el principio del caos, es decir, un sube y baja de emociones por el que todos hemos pasado cuando hay un cambio grande y que no te queda otra que aceptarlo y transitarlo, ver qué aprendes de ahí.

El videoclip de ‘¡Cómo dolisteis!’ arranca con un texto donde aparecen reflexiones acerca de cómo nos pueden influir ciertas vivencias durante la etapa infantil. ¿Cómo puede contribuir la música a dar visibilidad a esta realidad?
Estoy intentando también, a través de todos estos temas, tener un poco en cuenta la salud mental, tener una vida consciente, saber de dónde vienen las cosas, por qué las hacemos y por qué actuamos de X manera. Muchas veces vamos por inercia y de manera inconsciente actuando y haciendo en la vida sin saber bien por qué. Por eso después viene la inconsciencia más absoluta y el dolor más grande por no haberlo hecho conscientemente. Esta canción habla de las heridas de infancia y de cómo nos acaban llevando a tener unas conductas de la vida adulta para evadir ese dolor que en su momento no dejamos sentir, porque no sabíamos cómo sentirlo, éramos niños y niñas, no teníamos las herramientas para poder transitarlo de la mejor manera o de una manera saludable, lo fuimos tapando con X conductas que pueden ser trastornos alimenticios, relaciones tóxicas, autolesión, consumo de sustancias... Cualquier cosa que al final te hace pensar que tienes cierto control de tu vida, cierta capacidad de que no te duelan las cosas, y al final eso sale por algún lado. Esa conducta probablemente te está haciendo mucho más daño que permitir que ese dolor duela. Por eso a veces es mejor volver, echar la vista atrás, ahondar en eso que está conectando con algo de tu infancia, hay muchos tipos de terapia, hasta que no lo transite, me va a seguir saliendo por otro lado y va a ser mucho más destructivo. El texto del principio del videoclip habla de eso, de dejar que el dolor duela. Estoy muy de acuerdo en esa máxima de que el dolor es inevitable y el sufrimiento es opcional, es cierto, el dolor es una emoción más, está ahí. El problema es agarrarte a ello, como a la euforia, las emociones pasan y duran lo que duran, cuando te mantienes mucho en una emoción, es ella quien dirige tu vida, y ahí es donde tienes un problema.

Esta canción fue la carta de presentación de esta nueva etapa musical. ¿Cómo lo ha recibido la gente, qué es lo que te está llegando
Es curioso, yo quise sacar ‘¡Cómo dolisteis!’ la primera porque me parecía la más importante del disco, para mí como persona, no a nivel musical, que también me parece una genialidad lo que ha hecho Antonio Escobar. Es muy experimental, las cuerdas, que tienen una predominancia en esa canción brutal, tienen disonancias, que se asemeja a la disonancia interna que uno siente cuando conecta con esas cosas tan profundas y tan dolorosas. Me parecía que era realmente venir con algo donde la gente podía ver que de verdad había habido un cambio vital, un proceso, y entendieran por qué todo este cambio al castellano, a este tipo de proyecto, a estas letras, con esta responsabilidad afectiva, con este punto de profundidad... Me parecía sacar esta canción la primera.

Tenía por un lado mucho miedo a la reacción de la gente, que pudieran pensar que es muy oscuro viniendo de Barei, que viene de mover los pies. Hubo mucha gente que me escribió para preguntarme si estaba bien. Respondía que sí, de hecho para mí esa canción ha sido una catarsis absoluta y un punto de inflexión, porque, a raíz de sacarla, una conducta que había desarrollado desde muy joven, desapareció. En el vídeo, que estoy llorando y gritando, estoy llorando de verdad, no está fingido, ese grito no lo interpreté, no, me puse una serie de canciones durante el vídeo, que sabía que me dolían mucho y les pedí que me dejaran ser. Ese grito que se oye es real, no está grabado luego, ni está grabado dos veces, lo hice en una sola toma, me dolió de verdad. En el resto del vídeo estoy llorando mucho, llorando de verdad, lloré muchísimo grabando ese vídeo y componiendo la canción. La gente eso lo notó, lo vio, por eso me escribieron para decirme qué dolor y, además, joder, me ha llegado esto mucho más de todo lo que has hecho antes. La gente me dice que ve verdad y que conecta más con ellos, que es más real. nunca me han escrito tantos tantos mensajes como con esta canción. Por eso quería sacarla la primera, sabía que es una canción que puede resultar incómoda de escuchar, porque es un poco experimental, pero que a la gente no le va a dejar indiferente. Para mí desde luego, a nivel personal, es la más importante del disco, sin duda. Esa y otra que vendrá más tarde, que se llama ‘Abuela’. Esas dos.

“La canción de ‘¡Cómo dolisteis!’ ha sido una catarsis, he llorado mucho con ella”

Hay mucha sinceridad en estas letras. Mostrarse vulnerable no tiene por qué ser negativo.
Sí, quería permitirme ser vulnerable, porque muchas veces creo que no todos los artistas, pero sí muchos, como estamos de cara al público, tenemos una máscara de un personaje muy ficticio. A mí me apetecía ver qué pasaba si no fingía nada y me dejaba ser. Y lo estoy siendo en las entrevistas, en el estudio, en las canciones, en las letras... Estoy siendo 100% lo que soy hoy, no lo que fui ayer. Estoy dejándome ver de verdad, con lo que conlleve, que no sé qué será. Para mí efectivamente la vulnerabilidad es algo bonito, mostrarte vulnerable hace que también las demás personas se lo permitan. Cuando tú eres artista, aunque llegues a poca gente, me da igual, aunque tu público sea pequeñito, como es mi caso, creo que las personas que te siguen, o para las que eres inspiracional de alguna manera, el hecho de que tú te permitas ciertas cosas, hace que ellos se lo permitan más. Siempre he dicho que hago música para acompañar, y si acompañas desde tu realidad, probablemente conectes más con la realidad de los que te escuchan, que no sea tan impostado. No hay un juicio encima de esto, simplemente es lo que me nace ahora mismo.

Estás dando pasos con estos singles de adelanto. ¿Tenéis ya clara la fecha de lanzamiento del disco?
Sí, la idea es que sea justo después de Navidades, será un regalo para Año Nuevo.

¿Genera impaciencia el hecho de tener las canciones terminadas y saber que hasta dentro de un tiempo no estarán en manos del público?
No, no tengo impaciencia, la verdad. Siempre he tenido apego al resultado, y eso te genera impaciencia porque estás con expectativas, poniéndote en el mañana todo el rato. Ahora, no. De hecho, te estoy diciendo que sale a principios de año, pero si por lo que sea no es así, no va a ser como antes que me generaba ansiedad. Tengo una cosa en la cabeza muy grabada a fuego ahora, que es que los objetivos te crean una dirección, pero cuando todo tu foco está en el objetivo final, te puede pasar que se convierta en un muro y que te limite. Me niego a vivirlo así. Tengo como una dirección que me gustaría cumplir, pero no me angustia pensar que llegue más tarde. Creo que tengo una paciencia infinita en mi vida ahora mismo, a todos los niveles, ser madre te lo da mucho.

Este periodo en el que no has sacado música no significa que hayas estado inactiva, has hecho muchas tanto en el plano artístico como en el personal. ¿Hay algo que hayas echado especialmente de menos de la música?
No, de hecho, ahora que estoy volviendo lo estoy disfrutando, cosa que antes no sentía tanto. No lo he echado de menos, he disfrutado mucho de esta distancia y de esta perspectiva, de estar como madre. De repente, si subía a un escenario con algún compañero o compañera que me invitaban a cantar algo, recordaba que esto me gusta, disfruto aquí, en el escenario me siento bien. Pero no era un echar de menos con victimismo, no, tenía dudas sobre debía volver o no, pero sentía que también estaba a gusto ahí. Mientras sea a hacer música, en realidad me da un poco igual, disfruto mucho cantando en el escenario, pero también disfruto muchísimo en el estudio, sobre todo acompañando a otros artistas y ayudándoles a interpretar sus canciones, a cambiar letras y a hacer adaptaciones de letras que vienen en inglés. Me encanta. ¿Necesito crear? Sí, si ni lo hago me siento un poco vacía, como que falta algo. No hace falta que sea estrictamente en la música, de hecho, tengo otro proyecto que no voy a contar porque ya sabrá, dadme dos o tres años. Es un proyecto muy grande y no tiene nada que ver con la música, pero también precisa de mucha creatividad. Siempre tengo como trasfondo la idea de que sirva para alguien, tanto en la música como en otros proyectos, necesito sentir que no lo hago solo por mí, es decir, y va a sonar muy místico, mi finalidad es dar más amor al resto, que la gente conecte más con el amor. Veo a la gente muy cabreada en la vida, de muy mala hostia, muy en la queja, en el victimismo, en la crítica hacia los demás, muy enfocados en mirar hacia afuera y no hacia adentro... Entonces, todo lo que hago es invitar a la gente a que haga un viaje hacia adentro.

Después del disco llegará la gira de presentación. Teniendo en cuenta todas las emociones de las que han partido canciones como ‘¡Cómo dolisteis!’, ¿has pensado en cómo te vas a sentir cuando salgas al escenario a interpretarla?
Tengo otra canción que creo que me va a costar mucho más cantarla en directo, me va a costar no llorar. Pero me imagino que a medida que las vaya cantando me pasará como a los médicos, que se hacen en el día a día a ver cosas dolorosas y saben sobrellevarlas. Dependerá un poco de cómo me pille a nivel anímico ese día, si me pilla flojita, a lo mejor tengo que parar a llorar; si me pilla centrada, bien serena, probablemente sea capaz de cantarla y transmitir esa emoción sin quedarme en la congoja. Pero no lo sé, la música es eso también. No lo voy a hacer de forma impostada, pero si sucede, ya está, todo tiene derecho a suceder, esa idea te lleva mucho a la aceptación.

La gente que vaya va a ver un formato muy diferente porque en este caso el proceso ha sido justo al revés de como lo hacíamos antes: primero hemos pensado cómo veríamos estas canciones en el escenario y, a partir de ahí, que el disco tenga lo mismo. Por eso está la predominancia de las cuerdas y el hilo conductor de la electrónica en los 13 temas el álbum. Vamos a estar cinco mujeres, una que lanzará la parte electrónica y otras tres con viola, violoncelo y violín, pero no os lo imaginéis como una banda sentada frente a un atril. No. No voy a contar más, pero es un show en toda regla. Es un concepto global. Es un formato que nadie lleva. Creo que va a ser muy potente visualmente.

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