sábado, 19 octubre 2024


Personajes

Luis Piedrahita:

“En la libertad hay letra pequeña, también implica una responsabilidad”

El humorista está de vuelta a los escenarios con el espectáculo ‘Apocalípticamente correcto’, que se podrá ver en el Teatro La Latina desde este 4 de octubre

Pocos personajes del mundo del espectáculo reúnen las capacidades de Luis Piedrahita para subirse a un escenario y hacer reír a públicos de edades muy diferentes. El gallego lleva ahora al Teatro La Latina ‘Apolípticamente correcto’, un espectáculo que, asegura, tiene un punto terapéutico.

He visto en otra entrevista que cifras en dos años el periodo de preparación de un espectáculo así. Yendo al origen, ¿cuál fue el hilo a partir del que empezaste a tejer este show?
Le dedico dos años, la gente me pregunta si estoy los dos años escribiendo. No. Dedico un año a pensarlo, lo que es pasear por la calle, pensando en la gracia, pero casi sin apuntar ni una línea, ver por dónde podría ir, buscar cuál sería el tema, y luego otro año a escribir. El punto de partida de este show es que me apetecía hablar de la libertad, y encontré una frase en un libro de ciencia, de Jorge Wagensberg, un pensador catalán, que se preguntaba si el azar es un derecho inherente a la naturaleza o una consecuencia de nuestra ignorancia, es decir, ¿está todo escrito y no lo sabemos leer o no hay nada escrito? Es la gran pregunta de la ciencia y es algo estrictamente vinculado a la libertad, porque si está todo escrito, no eres libre, no existe la libertad, no tienes culpa de nada, pero si piensas que es muy guay algo que acabas de hacer tampoco es mérito tuyo, porque estaba escrito. Entonces, esa pregunta, la de Wagensberg me gustó mucho.

La libertad es un concepto que casi siempre da pie a numerosos debates...
Lo que me gustaba no es que estuviera de moda, sino que es algo de lo que siempre se ha hablado y que es un tema súper importante, realmente concierne a la condición del alma humana, algo que importa al ser humano griego, del medievo, de la edad moderna y en la actualidad. La gente cuando habla de la libertad piensa que es hacer lo que te da la gana, pero no leen la letra pequeña. La letra pequeña es que la libertad implica responsabilidad, tú haz lo que quieras pero apechuga con las consecuencias. Es lo que decíamos antes, si estuviera todo escrito, estaría muy bien, porque no hay ni culpa ni tampoco mérito. La libertad implica responsabilidad, implica una interacción con el otro. ¿Qué pasa cuando lo que me da a mí la gana choca con lo que le da la gana a otra persona? Pues ahí hay que pactar prohibiciones. Mira, para que todos podamos hacer lo que nos da la gana es muy importante que nadie pueda hacer lo que le da la gana. Esto, que parece un entramado muy filosófico, está de fondo, está debajo, está soterrado en el show, que es de risa, de chistes. Voy a hacer chistes sobre el café de Starbucks, sobre la leche de soja, sobre la leche de avena, la leche de arroz, de todas las leches que hay, o sobre irse de viaje en autocaravana para disfrutar de la libertad. Quiero disfrutar de la libertad, voy a pillarme un autocaravana con los niños porque ya está bien de vivir en una casa confortable. Voy a coger a los niños, los juguetes de los niños, a mi pareja, con sus miedos y con sus esperanzas, lo voy a meter todo en una infravivienda de PVC, voy a atarlo a mi coche y voy a disfrutar de la libertad. ¿Qué puede salir mal ahí? Hablaré mucho de eso, de la libertad, de qué cosas puedes hacer, pero sin mencionar, eso está debajo.

“La gran pregunta de la ciencia es si el azar existe o es fruto de nuestra ignorancia”

Sin dejar de hablar de la libertad, un término que suele estar en boca de los políticos para tratar de ganar votantes. ¿Hemos pervertido este concepto?
Claro, seguramente. Fíjate, en mis shows nunca hablo de política, jamás hablo ni de política ni de políticos, pero no porque les tenga amor u odio, es porque nunca coso mis textos a la actualidad o al momento, no hablo ni de famosos, ni de cantantes, ni de modelos, toreros, futbolistas... nada del momento. Creo que si menciono un político, a lo mejor sería.... ¡Aznar! Jamás menciono nada de política, creo que mis shows no van por ahí, van por otro lado. Es cierto lo que acabas de decir, que ahora parece que los políticos están hablando mucho de la libertad, sobre todo en la Argentina, están los libertarios, que también se pueden encontrar en todas partes, pero te juro que yo había escrito el show antes de esta moda, a mí me gustaba la libertad cuando no la conocía nadie.

Mencionas un asunto menos crítico pero también complejo, el de los cafés. Muchos camareros que lo sufren te estarán agradecidos.
Pues ahí entraremos, porque yo creo que basta ya de ordeñar cosas que no tienen pezones. ¡Basta ya!

Para dar más realce a ‘Apocalípticamente correcto’, en el Teatro La Latina te van a acompañar ilustraciones, animaciones y efectos de sonido. ¿Es tu espectáculo más ambicioso en este sentido?
Lo que yo estoy intentando cada año es que el show crezca en belleza. Me parece que la gran transgresión ahora mismo es la belleza, hacer algo bonito, la gente cree que el humor tiene que ser destruir, afear, atacar, envilecer, enmarranar... A mí me gusta el humor que se acerca a la poesía, el humor que mejora el mundo, el humor que embellece. Entonces, tiene que haber también una propuesta estética, que todo lo que se vea esté cuidadito y que sea bonito. Aquí ha colaborado el artista Ricky Blanco, que ha hecho un póster muy bonito. Las animaciones, tanto que introducen como que despiden y acompañan el espectáculo, yo creo que lo colocan en un lugar mejor. De hecho, la obertura, cómo comienza el show, el concepto, fue copiado de una ópera. El concepto es que hay una situación sobre el escenario desde que entra la primera persona al patio de butacas, el show empieza a las 22:30, las puertas se abren media hora antes, ya desde el momento que entra la primera persona en un patio de butacas vacío sobre el escenario hay una situación que va evolucionando y que tiene media hora de tiempo para crecer. La gente va llegando, se va sumando y la va viendo. Ese concepto está muy, muy bien trabajado. Para mí esa llegada del espectador al teatro, cuando empiezan a gestarse las expectativas es esencial.

Para alguien como tú, muy acostumbrado a subir al escenario y conectar bien con el público, ¿has sentido alguna vez el temor a que la gente no se ría?
Sí, pasa muchas veces y no es un problema ni del texto, porque ya está probado que funciona, ni de la gente, porque se habrá reído otras veces, ni siquiera mío, porque yo sé que tengo gracia, o al menos la he tenido otras veces. Pero a veces hay un factor, como que hace frío, como la luz, como que es antes de cenar, u otras cosas, que hace que los chistes entren un poco peor. Si el texto es interesante, a la gente no le importa. Decía René Lavand, el mago, que el espectador te lo perdona todo, excepto el aburrimiento. Puede que no estén riéndose de todos los chistes, pero si lo que tú estás contando es interesante y estás contando cosas que les afectan y les tienen atrapados, les encanta. A pesar de ello, mi preocupación es que entren todos los chistes, por eso hay tres chistes por minuto, si no entra uno entra el siguiente, y si no el otro... Se disparan tres balas, la que no te da en el corazón te da en las piernas y si no en el pecho. Mi intención es que la gente se ría muchísimo, de hecho, casi que sea terapéutico, que tengan risaca al día siguiente, que es ese dolor en los músculos después de haber reído mucho.

“Mi intención es que
la gente tenga después risaca, dolor muscular por reír”

¿Hay motivos para creer en el apocalipsis, o no estoy en lo correcto?Yo creo que no estamos más cerca del apocalipsis de lo que estábamos hace veinte años. Nos vamos acercando. He pensado mucho si me gustaría ver el final de la humanidad. Creo que es lo mejor que te puede pasar, porque si no, tú te mueres y la gente sigue haciendo cosas. Pienso mucho en ese romano que se murió diciendo no hay nada nuevo bajo el sol, dices, “tío, pues te has perdido todas las temporadas”. En cambio, morir cuando llegue el meteorito y nos extingamos todos, es que te han contado lo anterior y has visto la última temporada, ya está.

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