La nueva temporada cultural trae consigo una de las apuestas fuertes del Teatro Infanta Isabel. ‘Lorca por Saura’, el último montaje realizado por el famoso cineasta antes de fallecer a comienzos de 2023, llega en esta ocasión con María Carrasco representando al poeta granadino.

Estrena temporada el Teatro Infanta Isabel con una obra que en las anteriores temporadas ha funcionado muy bien. ¿Cómo te llegó la posibilidad de embarcarte en este proyecto?
Mira, si te digo la verdad, nos llegó un correo y, en la Feria de Sevilla, me tomé dos o tres copitas de más (entre risas). Estuve dándole vueltas, porque soy una persona muy cortada. Cuando me pasaron la propuesta y lo leí dije “qué locura más grande, voy a hacerlo, me encanta”. Creo que hay que estar un poquito loco para lanzarse en ocasiones al vacío y ver que ahí se encuentra uno mucho más de lo que cree, que no se pierde nada, al contrario, gana mucho más. Esta ha sido mi apuesta, y creo que he acertado de lleno.

Una cordobesa en primer lugar, India Martínez, después una malagueña como María Peláe, y ahora una gaditana. Todos los caminos llevan a Andalucía, todos los caminos llevan a Lorca.
Yo creo que sí, que todos los caminos de Andalucía van a dar con Lorca porque creo que ha sido nuestro dramaturgo, nuestro poeta, nuestro artista más representativo de todos los tiempos y, bueno, llevarlo a través de esta obra de Saura, con el guion tan bello, con toda la idea, la escenografía, la luz, las canciones, cómo están escogidas precisamente para sacar todo lo bello de otros poetas y otros compositores que inspiraban a Federico, creo que hacen de esta obra algo único.

¿Qué supone para ti a nivel personal y a nivel artístico Federico García Lorca?
El orgullo, el orgullo de los andaluces, la representación de la bandera de Andalucía, prácticamente el himno de Andalucía podría llevar el apellido de Federico porque es uno de los estandartes más grandes que allí tenemos. Para los andaluces, como se tiene un crucifijo, se debe tener un ejemplar de ‘Bodas de sangre’ en casa, es prácticamente como tener una biblia.

Hemos hablado antes del legado que dejaron India Martínez y María Peláe. ¿Has podido hablar con ellas, te han dado algún consejo?
A las dos las conozco desde hace muchísimos años y, de hecho, María hace muy poquitos días, cuando se enteró de que iba a hacer yo esta temporada con la productora, me escribió, me deseó toda la suerte del mundo, es una compañera también maravillosísima que se preocupó por ofrecerse para cualquier tipo de ayuda, cosa que yo ya sabía porque tiene un corazón tremendo. Con Jenni pasó igual, hablamos mucho de esto. Fueron también un impulso muy grande para decir sí a esta obra.

Los que sí repiten sobre el escenario son Alberto Amarilla y Saturna Barrio. ¿Cómo te han ayudado ellos a subirte a este proyecto?
No te lo imaginas, son dos actores maravillosísimos, ya con un background tremendo y que a mí me han aportado muchísima seguridad, porque yo me siento muy segura cantando en el escenario, pero es la primera vez que actúo y te enfrentas a un patio de butacas frente al que tienes que interpretar a un personaje tan importante. Me han dado una ayuda tremenda, yo creo que sin ellos hubiera sido el triple de difícil, me han allanado el camino de una forma que estaré eternamente agradecida a los dos, porque son personas y actores maravillosos.

Otra pata del banco, Antonio Bejarano en el piano...
A Antonio lo conozco desde que soy chiquita, él trabaja muchísimo allí, en Andalucía, y es probablemente uno de los mejores músicos que tenemos en la actualidad. Traérnoslo a Madrid es un lujo. Creo que Antonio es el tándem perfecto para la obra.

Comentabas en una entrevista anterior que has tenido que estudiar mucho para conocer en profundidad la personalidad de Lorca. ¿Cuál es el rasgo de su personalidad que más te toca personalmente?
La chispa, la chispa que tenía, los golpes que tenía, conseguía todo lo que quería con el método de la palabra, siendo muy asertivo y siendo muy poeta, porque él nació poeta y ya está. Creo que Federico con esa palabra tan bonita, tan dulce que tenía, conseguía todo. Tal vez es lo que a mí más me ha chocado, no me esperaba un Federico así hasta que me empecé a documentar y me di cuenta que me parezco mucho más a él de lo que yo creía.

¿Cuál ha sido el mayor reto que te has enfrentado en este proceso de ensayos?
Bailar, porque es el colmo de los colmos para mí, que soy una persona bastante corta, lo que pasa es que lo llevo genial. Cuando me dijeron que tenía que bailar, pensé que no podía hacer la obra, que cómo iba a salir de esta. Pero mira, al final bailo, no sé si al pobre Alberto lo pisaré o no, pero lo que sé es que nos lo pasamos bomba, que eso se lo vamos a transmitir a la gente porque para eso hemos trabajado muchísimo y estoy segura de que la conexión tanto en baile, como en música, como en interpretación, va a ser un seguro, ahí estamos poniendo todo el carbón a toda la temperatura que da.

Estás muy acostumbrada a estar delante del público desde muy jovencita, pero ¿qué supone subirse al escenario de un teatro?
Lo afronto a sabiendas que ha habido muchas horas de ensayo con Gabriel Fuentes, que ha sido el director que a mí me ha ayudado verdaderamente a todo, yo llegué aquí sin un atisbo de conocimiento del teatro, he visto mucho teatro, pero no he hecho nada de esto. Es muy diferente cuando se ven los toros desde la barrera. En este caso, Gabriel me abrió la puerta tremenda del pensamiento a sentirme capaz. Creo que ese es un gran trabajo que ha hecho el señor director, que me ha preparado muchísimo. Por eso creo que no estoy tan nerviosa, desde dentro yo solo soy la cara visible, pero ellos han hecho todo el trabajo conmigo, que eso es muy, muy de agradecer y ya digo que quisiera que aquí no solo que se viera mi nombre, sino el de todo el equipo de trabajo que hay detrás, todas las horas que hemos invertido.

María, esta oportunidad llega prácticamente de la mano de tu gira musical más reciente, ‘Inmune al dolor’, incluyendo algún concierto solidario este verano. ¿Qué balance haces de todos esos conciertos?Todos los esfuerzos dan frutos, y esta gira ha sido maravillosa porque también ha llevado mucho tiempo prepararla, muchos ensayos, mucha gente involucrada, un equipo de trabajo grande en cuanto a técnicos, al programadores también, festivales, técnicos de sonido y gente de producción. Musicalmente es un trabajo tremendo, me da mucha pena que en el mundo del espectáculo haya tanto entre bambalinas y en el escenario se vea tan poco de lo que hay. Hago un balance súper positivo, este año ha sido de mucho aprendizaje, de llevar mucha música a la gente, que yo creo que es el método que tengo de curarme y de, quizás, ayudar a curar a quienes lo necesitan.