Personajes

Elena Ballesteros:

“En la vida es importante plantearte preguntas, no dejarte llevar por la inercia”

Tras recibir varios premios en Estados Unidos y una adaptación cinematográfica, la obra de Eduardo Román llega a la Gran Vía con Elena Ballesteros y Jorge Pobes

De un momento vital complejo, Eduardo Román alumbró ‘Cuando duerme conmigo’, un texto que ha ganado numerosos premios a nivel internacional como mejor guion original y que incluso ha tenido una versión cinematográfica. Ahora la obra de teatro llega al Teatro Capitol, en plena Gran Vía, para ofrecer esta propuesta al público hasta finales de junio. Elena Ballesteros y Jorge Pobes encarnan a Laura y Vicente, dos personajes con personalidades muy diferentes a los que el destino ha juntado en la sala de espera de un hospital.

‘Cuando duerme conmigo’ ya está en cartel, pero si vamos al inicio, ¿cuándo os llegan las propuestas de poder formar parte de esta obra?Elena Ballesteros: A mí me llegó un poco más tarde que a Jorge. En ese momento estaba sustituyendo a Ana Ruiz en ‘La Regenta’. Cuando me lo ofrecieron, me di cuenta de que era impresionante, lo leí del tirón, viajas con los personajes emocionalmente, ríes, lloras... Tengo una especie de termómetro, mi marido, que no se dedica a nada de esto, es biólogo. También se lo leyó del tirón. Es lo que tiene esta obra, realmente te atrapa desde el principio, está escrita bellísimamente, con una profundidad en cuanto a los personajes y las emociones tan potente que me quise meter de cabeza, aun sabiendo que iba a ser mucho trabajo y duro, porque supone enfrentarte a emociones muy movilizantes y situaciones tremendas.

Jorge Pobes: Yo estaba en Granada, en un hotel, grabando, y de repente me mandó un mensaje Rubén Barreira para decirme que tenía un texto para mí. Lo empecé a leer y no podía parar, me emocionó muchísimo. Me atrevo a decir, incluso antes de estrenar, que Edu me va a hacer uno de los mejores regalos que me ha dado nadie en la profesión, poder interpretar este personaje y, sobre todo, junto a un actriz como Elena. Va a ser increíble, seguro.

Eduardo, ¿qué te llevó a crear esta obra?
Eduardo Román: Si tengo que pensar fríamente, no sé, también tiene que ver con los momentos de vida de cada uno, estaba en un cambio específicamente de vida, un divorcio y demás. Eso hizo que me mudara a una casa de campo y tuviese ganas de contar una historia nueva. Sabía que había un disparador, que eran dos personas en una sala de espera, y yo quería contar en profundidad un proceso de duelo emocional que lleve a estos personajes a un encuentro y a un desarrollo de una historia. Me faltaba el cómo, y en la vorágine de la escritura y la creatividad apareció ese cómo. Como bien dicen ellos, te lleva por delante, yo tampoco podía dejar de escribir, cada vez profundizaba más sobre qué le pasaba a esta mujer y qué le pasaba a este señor, que son tan opuestos en sus personajes, con características tan definidas, tan diferentes. Eso hacía que me motivara mucho más a contar la historia y empezara a buscar en ellos rasgos absolutamente de humanidad; siempre decimos lo mismo los tres: la única forma en que se podía hacer esto era con verdad. Lo fui experimentando, porque cuando se presentaba en festivales ganaba premios a mejor texto original, así que me ratificó que iba en la buena dirección. Tuve la suerte también de trabajar con artistas comprometidos, siento que estoy en presencia, más allá de que son dos grandísimos actores y talentosísimos, de dos intérpretes que le encontraron el alma, siento que Vicente y Laura atraviesan a Jorge y Elena en el escenario de una forma muy poderosa, que me emociona a mí, yo me voy feliz tras cada ensayo, más allá de que encontré personas increíbles, por el mismo proceso y por el mismo amor que le han puesto a los personajes que yo escribí. Ver mis personajes reflejados en la realidad ya con cuerpo, en distintos países donde va, es muy poderoso también porque volvés a la historia y le vas encontrando cosas nuevas todo el tiempo. Somos tres sobrepensadores, volcamos acá en los ensayos ideas, cosas que se ocurren, movimientos, porque también pasa esto, de pronto marcamos una escena como consideramos que va, pero el cuerpo dice otra cosa, esa incomodidad es lo que genera ‘Cuando duerme conmigo’, da para reírte, para emocionarte, para reflexionar... quien la ve, no se vuelve igual a su casa.

¿Cómo ha sido el acercamiento a los personajes de Laura y Vicente?¿Habéis visto algún montaje anterior o la película?
Elena Ballesteros: Edu nos pasó la película diciéndonos que íbamos a crear al margen en ningún momento sentimos la presión de emularlos, todo lo contrario. También hemos llegado al punto actual por la confianza que tenemos los tres en el trabajo de los demás, por el amor que estamos poniendo todos y el respeto a lo que cada uno está viendo de los personajes y de la historia, de ahí que hayamos encontrado un vínculo fuerte en lo personal.En mi caso, acercarme a Laura, tengo un punto un poco controlador que estoy gestionando como buenamente puedo. En ese momento de mi vida estaba trabajando en ese perfeccionismo y permitirme equivocarme, no hacer las cosas perfectas, así que empecé los ensayos diciéndole a los chicos que no iba a dar resultados los primeros días, necesitaba experimentar la torpeza del acercamiento al personaje para hacer algo que no me sea cómodo, no caer en lo fácil, como actores todos sabemos lo que nos funciona, lo que te han aplaudido otras veces. Esa no era mi intención en ningún momento, no quería un aplauso por hacer lo mismo, quería aceptar ese compromiso de atreverme a experimentar con otro cuerpo, otra personalidad y otra forma de decir y de contar. Claro, es un riesgo grande que asumo alegremente y feliz porque en todo momento me he sentido arropada, cuidada, muy querida y muy sostenida.

Eduardo Román: Tengo la teoría que los actores que llegan a los personajes son los que deben llegar, siempre. A veces uno pasa por un casting o ve infinidad de actores o piensa en un nombre y de pronto no da... creo que llegan los justos, el teatro tiene la magia de que quien se acerca viene a trabajar algo específico de su vida, es una de las profesiones más nobles, entre la bendición y la maldición. Hemos hablado cantidades de horas de los personajes, sobreabundé en información, pero era necesario porque los resultados están a la vista, cuando los personajes atraviesan a los actores, señores, ya está.

Jorge Pobes: Sí, eso quería subrayar, ha sido muy importante primero que Edu conoce la obra en profundidad, ha sido muy importante el trabajo fuera del texto, horas de charla, de psicología incluso con los personajes, de cómo sienten, qué quieren. Ha sido importante para llegar a entenderlos y tenerlos claros y ya luego poder trabajarlos, han sido unas charlas interesantísimas, que nos han aportado muchísimo.

La obra se desarrolla en la sala de espera de un hospital. ¿Cómo influye en los personajes el hecho de que sea la víspera de Navidad?
Jorge Pobes: Lo vivimos diferente, las Navidades de Vicente suelen ser un poquito más negras, porque está sin la persona que ama.

Elena Ballesteros: Para Laura es el momento de estar en familia, entonces, en este momento, que su marido esté en la UCI significa una ruptura dentro de su estructura, le descoloca mucho. Creo que hay un punto en el que es muy importante que se ponga bien su marido, que salga del hospital, para que siga estando armada su idea de Navidad y familia. Hace que, de alguna manera, junto con el personaje de Vicente, empiece a abrirse gracias a él, es una mujer bastante poco emocional, no es romántica, no expresa mucho los sentimientos, es muy práctica, lleva mil cosas a la vez y no puede permitirse caer en la tristeza o en ciertas emociones que la van a paralizar. Vicente la hace observar realmente la vida que lleva y si verdaderamente es feliz o no.

Eduardo Román: Esta obra tiene mucha simbología, como el hecho de que estemos en víspera de Navidad, algo muy importante para contar la historia de dos seres humanos que, como todo el mundo, encuentran en una fecha específica del año la cuestión familiar. Esa reunión que se ve quebrada también los pone en una situación de vulnerabilidad por venir a una sala de hospital y por tener un familiar enfermo. La carga de la Navidad no tiene que ver con ser creyente o no, es la propia simbología. En esta sala todo se desmorona para ambos y empiezan a jugar otras cosas, los miedos, las inseguridades, los deseos ocultos, las fantasías... Todo está y puesto específicamente para que esta sala sea un ring, un lugar donde tienen que confesarse, como si fuera un psicólogo, y también es un lugar de seguridad, pero a su vez está la incomodidad de una larga noche donde tienen que desnudarse y decir todo lo que piensan.

Hay un miedo que une a los dos personajes: no quedarse solos. ¿Creéis que es una de las emociones que más puede remover al público?
Jorge Pobes: Sin duda, cien por cien. Se muestran una serie de cosas muy cotidianas en la vida de la gente y muchísima gente de aquí va a salir removida o para afianzar lo que tiene o para plantearse qué está haciendo, a lo mejor es un impulso para tomar decisiones, no lo sé, allá cada uno, pero seguro que les va a dar que hablar y pensar.

Elena Ballesteros: En la vida es importante plantearse preguntas, no dejarte llevar por la inercia, es muy importante cuestionarte, sobre todo a ti mismo, ver hasta qué punto estoy en una relación por comodidad, por miedo a la soledad, por miedo a morir solo, cuando vas cumpliendo años te vas dando cuenta de otro tipo de relación, de unas dependencias distintas, cuando has construido una familia, tienes una casa, incluso un negocio en común, realmente qué es lo que te mueve a estar con esa persona.

Eduardo Román: Los planteos siempre nos hacen bien, nos hacen sentir vivos. Esta obra tiene algo en particular en lo que coincidimos todos: hablamos del hoy y lo importante es este momento, el ahora, el presente, este momento puede ser perfecto o imperfecto pero lo transitamos ahora, no sabemos qué va a pasar cuando volvamos a nuestras casas. En esta noche cada uno defiende su mirada del amor.

Elena Ballesteros: El personaje de Laura no quiere hacerse preguntas, lleva mucho tiempo sin hacerlo, el personaje de Vicente es quien le lleva a esas cuestiones. También habrá gente en el público que no quiera plantearse y no quiera preguntarse, que simplemente viva la experiencia de estos personajes, pero esta obra te moviliza, aunque sea una mínima pregunta.

Un mensaje para animar al público a venir al Teatro Capitol.
Eduardo Román: Que van a encontrar una historia que cuenta verdades, que se van a sentir muy cómodos en una montaña rusa de emociones como lo definimos generalmente los tres. También se van a ir con una mirada muy interesante sobre el Cine Capitol, que ahora se transforma en un teatro, si bien hay determinados shows, no se hace teatro de texto, esta es la primera experiencia, y es muy difícil para nosotros ser pioneros en función de atraer público para eso, que empiece a entender que esto no es una película sino que es una obra de teatro que vamos a montar y que está en 75 minutos que la van a pasar muy bien y que van a encontrar dos actores fenomenales interpretando dos personajes muy interesantes. Más allá de la sinopsis, que es tentadora, lo que pasa acá es muchísimo más importante.

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