Personajes

José Porcel:

“La danza es mi vida, lo único que he hecho en los 52 años que tengo”

El bailaor sigue disfrutando de su gran pasión, ahora como director de una escuela que tiene su sede en la localidad de San Sebastián de los Reyes

Hace aproximadamente un año, José Porcel se despedía de los escenarios con un espectáculo que tenía un título muy elocuente. Sobre el cierre de esa etapa, el momento de la danza española y su labor actual en una escuela de danza nos habla en esta entrevista.

A los 13 años ya estaba bailando folclore andaluz y flamenco en Valencia. Además de una pasión, ¿qué es el baile para usted?

Es mi vida, es lo único que he hecho en los 52 años que tengo, envuelve a mi vida. Para mí la danza es todo lo que hago entre despertarme y acostarme, lo que llena mis días.

Hace apenas un año estaba recorriendo escenarios con 'Último tiempo'. ¿Qué sabor de boca le dejó?

La verdad es que, como dice el título, 'Último Tiempo' era mis últimas actuaciones y la despedida de los escenarios, pero no era para mí un momento triste, era un momento bastante feliz por toda mi trayectoria. Me dejó un sabor de boca maravilloso porque me sentía realizado y que había cumplido con la danza.

¿Echa de menos la escena?

Va a hacer ahora un año que me despedí en el Teatro Principal de Valencia y, la verdad, es que lo que es la escena no la echo en falta, lo suplo con mis clases, con mis alumnos, con la docencia, que me encanta y que es maravillosa, y con ir al teatro a ver a mis compañeros.

En 1994 ingresaba en el Ballet Nacional de España. ¿Qué visión tiene de toda esa etapa antes de que creara su propia compañía?

Fue una de las etapas más bonitas de mi carrera, quitando la que tuve con mi maestro, Martín Vargas, en Valencia. Después de estar con él ya entré en el Ballet Nacional, que fue una gran escuela para mí, es donde realmente un bailarín desarrolla todos los sentidos de la danza y donde aprende de todos los grandes maestros, coreógrafos y producciones que hace esa compañía tan potente como es la Nacional.

Después da el paso de crear su propia compañía para representar producciones que llevan su sello. ¿Se encontró con muchas dificultades para llevar a cabo ese proyecto?

Han cambiado mucho los tiempos, antes era muy difícil, tuve que ir al banco a pedir préstamos para poder poner en pie la compañía. Llegó un momento en el que no tenía nada de trabajo, pero tenía que hacer frente al préstamo, así que seguí luchando para no decaer, seguí creyendo, iba a ensayar todos los días aunque no hubiera trabajo y, poquito a poco, fueron salieron oportunidades que pude aprovechar porque ya estaba preparado, tenía una producción hecha para poder representarla.

¿Cuál de todos los espectáculos que llevan su firma es el que más satisfacciones le ha dado?

Todos, todos han tenido su dificultad y su trabajo, pero también sus alegrías. Creo que en todos han colaborado grandes coreógrafos, grandes profesionales, pero si hubiera uno sería 'Porcel', el único espectáculo que hice yo únicamente sin salir de la escena, sin bailarines, solamente bailaba yo. Ese es un espectáculo que a mí me marcó mucho y también el colofón con 'Último tiempo'.

Comenta ese trabajo con coreógrafos y bailarines, ¿cómo es ese mundillo? ¿Hay celos profesionales?

Entre los profesionales siempre nos llevamos bien. La sociedad ahora ha cambiado y no es como hace unos años, creo que antiguamente sí que había un poquito más de competitividad profesional, ahora también la hay, pero es mucho más sana, la gente va un poco más a su aire, quizás esa competitividad no esté tan acentuada. Sí que es verdad que una vez que estás en el escenario todo el mundo va a muerte para intentar desarrollar su profesión lo mejor posible, pero lo que a mí respecta siempre me he llevado muy bien con mis compañeros y mis compañeros conmigo. Ha habido de todo, pero apenas he vivido conflictos.

¿Ha podido hacer amigos en este entorno?

Sí, tengo grandes amigos, grandísimos amigos, como si fueran familia, ten en cuenta que hay muchos músicos que han estado en mi compañía trabajando 15 años conmigo, viajando por todo el mundo, días y noches juntos, y bailarines, bailaoras y bailaores, gente de producción.... Sí, tengo grandes amigos.

Durante su carrera ha podido pisar escenarios de diferentes lugares del mundo. Hay gente ligada al mundo del flamenco que lamenta que se valore y respete más en otros países que aquí, en España. ¿Comparte esa opinión?

Totalmente. Siempre lo he dicho en otras entrevistas, si nosotros hubiéramos vendido el flamenco como Estados Unidos lo hace con la Coca-Cola y el McDonald's, hubiéramos sido grandes exportadores de nuestra cultura.

Precisamente sobre esto en una entrevista concedida el año pasado a la revista MAKMA afirmaba que no hemos sabido vender el flamenco, que “no hemos pasado de la postal con toros, castañuelas y ole, ole, ole”. ¿Cree que se podría reconducir?

Quizás sea complicado, aunque se está cambiando por la nueva generación de talento que está saliendo de la danza. Lo que pasa es que también eso es contradictorio en relación a cómo funciona la sociedad, que se está mecanizando muchísimo, muy técnica y se están perdiendo muchos valores. Es una pregunta compleja. Yo creo que es difícil ahora ya sacarnos de ahí, de lo que es el toro y la pandereta.

¿Qué momento atraviesa la danza ahora mismo en España?

La danza está en un nivel muy, muy fuerte, con grandes artistas. Por ejemplo, en la danza clásica hay muchos españoles que salen fuera y son directores de grandes compañías. Además, aquí, en España, en el ámbito del flamenco están saliendo unos artistazos tremendos y muy jóvenes además.

Publicaba un post en Instagram el 15 de mayo donde aseguraba que “la danza es terapéutica en el día a día, vital en la vida”. ¿Ha encontrado en su academia un punto donde alimentar su motivación?

Me encanta que me hagas esa pregunta porque cuando yo veo a gente jubilada en mi estudio, que se deja la piel, que se esfuerza por conseguir un objetivo en cuanto a sentirse bien y llegar a esa coreografía, poder realizarla, es maravilloso. En en el estudio tengo de todas las edades, así que ver desde niños a gente jubilada es maravilloso. Tuvimos hace poco las actuaciones de fin de curso en Sanchinarro y fue súper bonito, es precioso ver cómo la gente se deja el alma para que salga bien la actuación.

A partir de su conocimiento y experiencia, ¿el bailaor nace o se hace?

Es un poquito de todo, un bailaor si ya lo lleva en los genes o lha vivido en un ambiente desde pequeñito en el que ha estado el flamenco a su lado, se puede decir que ya lleva unos sentidos interiores que ayudan. Pero también se hace, porque un bailaor tiene que tener técnica, la técnica es fundamental para poder bailar. Por eso digo que, en mi opinión, todo va unido.

Para acabar, un mensaje para todas esas personas que se estén pensando dar el paso de apuntarse a su estudio de danza. ¿Es necesario cumplir con una serie de requisitos?

Solamente pedimos un requisito en mi estudio: que tengan voluntad, ganas de aprender y de bailar, en definitiva, que les encante bailar. Con ese requisito conseguimos todo lo que haga falta.

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