El compositor gaditano Riki Rivera presenta su nueva canción, ‘Seguir luchando’. Mientras, sigue dando forma a otros proyectos, como un disco que publicará en 2026

Riki Rivera:
“La vida nunca se detiene, sigue su curso; o te adaptas, o te paras”
Hace tiempo que dejó de ser el creador de canciones de otros artistas para cimentar una trayectoria personal que no para de crecer. Riki Rivera ha vuelto a dejar muestra de su talento con una canción, ‘Seguir luchando’, para la que ha contado con la colaboración de Miguel Campello.
Tu nueva canción, ‘Seguir luchando’, vio la luz hace algo más de un mes. ¿Contento con la acogida?
Muy bien, yo tengo la mentalidad, vengo de una época en la que las canciones se trabajan con el tiempo, soy fiel a que una canción pueda funcionar el año que viene o dentro de dos años, de hecho pasa, cuando hay un artista al que le funciona una canción que tiene un tiempo me da mucha alegría porque tenemos que adaptarnos al ritmo de la música, yo el primero, pero tenemos que entender también que te mueres sacando una canción cada 45 días con el esfuerzo que eso supone. En mi caso, no es tanto ese esfuerzo, porque compongo bastante, vengo de hacer canciones para otros artistas, así que tengo el hábito, el problema es la producción, el videoclip, lo que hay alrededor, eso desgasta una cosa loca porque tardas como dos o tres semanas en que todo fluya y a la siguiente te tienes que poner con otra canción. Así no se puede vivir. Al igual que muchos compañeros, trato de hacer canciones con mensaje, con historia, con fundamento, con trascendencia, canciones que puedan también mutar con el tiempo, canciones atemporales. Por ejemplo, tengo una canción que se llama ‘La lengua’, que me encargaron para el Congreso de la Lengua en Cádiz, tiene un contenido bastante trabajado, mete palabras autóctonas gaditanas y andaluzas y cuenta la historia de cuando alguien viene de fuera y no te entiende al hablar. Después de unos años, ha conectado con nosotros una profesora de lengua de un instituto para darme las gracias porque le ha servido para trabajar con los alumnos. Ahí es cuando digo “misión cumplida”. Yo abogo por seguir haciendo canciones que tengan contenido.
Afirmas que es una canción que sirve como caja de herramientas, especialmente para la gente joven. ¿Hay alguien de tu entorno que te inspirara?
Yo mismo. Me cuesta mucho trabajo hablar de mí, pero soy todo lo feliz que una persona puede ser en el momento que nos ha tocado vivir, pero intento también llevar una vida que consiste en ir solventando ciertas roturas. Esa rotura, esa fisura, esa grieta, tú no la puedes arreglar de otra manera que teniendo herramientas. Siempre me ha gustado mucho el bricolaje, pero hace muchos años no tenía ni idea, así que me puse las pilas y, a día de hoy, se me da bastante bien. Resulta muy curiosa la similitud que hay entre las reparaciones, las obras, la albañilería o la carpintería, con la personalidad, con la mentalidad, con el interior de las personas, es alucinante la similitud que hay en las herramientas. Por ejemplo, el martillo es maravilloso para seguir golpeando tu propósito, tu propuesta, tus ganas, hay que golpear una y otra vez. Las bridas son maravillosas para amarrar a toda esa crítica, a toda esa persona que viene tóxica, que quiere tambalearte. De ahí vino un día una conversación con Ángel Galán, que es mi jefe de prensa, y le dije que tenía una canción que quería que fuera como una caja de herramientas, a él le encantó la idea. Es una caja de herramientas que está dedicada a la gente joven, a los adolescentes, que creo que les ha tocado vivir una época complicada. Nosotros, cuando fuimos jóvenes tuvimos otras cartas para solucionar las cosas, que las teníamos a la mano y que las podíamos visualizar. A día de hoy, no. La información, por ejemplo, a nosotros nos llegaba por tres, cuatro, cinco o seis canales como mucho; hoy tienen mil, el 75%, es mentira, y del 25 una gran parte está hecha por personas que a lo mejor no son buenas y, encima, no está nada ordenado. Si nosotros mismos, que tenemos ya nuestra personalidad construida y tenemos nuestros pautas nos volvemos locos, imagínate una persona que se está construyendo.
Por otro lado, a la hora de buscar salidas, como comprarse una casa. A mí eso me preocupa mucho, porque creo que dentro de muchos años vamos a tener personas doblemente preparadas porque han tenido que inventarse un presente que no entienden, pero también construidas de una manera bastante confusa. Veo todo eso y me da pena que cualquiera que quiera ganarse la vida abriendo una peluquería o el negocio que sea tenga que pagar 700.000 cosas para ganarse 1.000 euros. También estamos en un momento en el que se le inculca a la gente algo que no me gusta, esa envidia de ver que a alguien le va bien, cuando a lo mejor esa persona empezó vendiendo esto o haciendo canciones y ahora le va bien. Esa cultura a mí no me gusta, no porque yo sea ni de derecha ni de izquierda ni nada, que eso sería otro debate y estaríamos ya hablando hasta mañana, me defino de un montón de cosas, me interesan cosas de cada lado, pero repito que esa cultura no me gusta nada, no nos deja crecer y nos va a llevar a un sitio bastante chungo, bastante oscuro, que no quiero ni pensarlo.
En una entrevista tuya reciente en La Razón decías que esta canción va dedicada a toda esa gente que se va encontrando muros y muros. Da la sensación que tú también has tenido que ir escalando mucho en el mundo de la música.
Yo soy artista independiente, ahora tengo un equipo un poco más grande, pero para llegar hasta ahí hay que trabajar mucho. Vengo de trabajar para otros artistas, he tenido mucha suerte porque he trabajado con multinacionales, cuyo trabajo valoro mucho, tengo grandes amigos ahí, pero esto es muy complicado. Todas las disciplinas que tienen una vertiente artística, hay una parte sentimental, bonita, colorista, pasional, pero eso lleva a una parte contraria: donde hay pasión, hay celos, y donde hay gente que trabaja de una manera pasional, hay gente que trabaja de una manera cerebral para sacar rédito de los pasionales. He tenido que sufrir mucho eso del muro. La educación emocional es completamente necesaria, ojalá se la enseñaran a los niños desde edades muy tempranas, eso sería fundamental, a mí me encantaría, lo que pasa es que, ya que nos ha tocado, tenemos que seguir aprendiendo. Ayer mismo me decían que la vida está muy complicada, sobre esos mensajes yo insisto en que no se digan más; la vida es la vida, sigue su curso, siempre es hacia delante, nunca va para atrás, o te adaptas o te paras. La queja y el victimismo no aportan nada, aunque claro que duelen. Mi amigo Ángel Rielo, cuando le preguntan por qué siempre está contento, dice que no es así, no siempre está contento, lo que pasa es que estoy contento y estoy feliz, me saco, me enseño y me regalo; cuando estoy mal, me guardo, me cuido y me arreglo, porque no quiero sangrar sobre nadie que no me haya infligido esa herida.
Si solo buscas tu misma opinión para poder tener un bastión de penas, creamos una sociedad triste y víctima. El tiempo que va a tardar en quejarte o en tirar hate por redes, úsalo en por qué y en buscar salidas. Cuanto más conflicto y roturas hay, también se crean nuevos canales y nuevas formas de camino. El que ve en una crisis una oportunidad es porque no perdió demasiado tiempo en lamento. Hice la banda sonora para ‘Operación Camarón’, una película para la que trabajamos dos años con una ilusión tremenda con Carlos Therón, que es un genio, un maestro y una bellísima persona . Se estrenaba el 13 de marzo de 2020, justo cuando nos confinaron. Me dolió, pero pensé en los giros de guion de la vida. A mí el confinamiento me bloqueó seis días, al séptimo dije que tenía que dejar a un lado toda esa pena y me fabriqué un programa en YouTube de reflexiones, empecé ahí a colocar mi propia música, así que cuando se abrió el confinamiento, empecé a hacer conciertos en salas a raíz de esos vídeos. Había hecho cosas antes, pero a partir de ahí todo cambió, empezaron a llamar de salas pequeñas que se llenaban. Un día vino mi socio, que ahora es mi manager, y me propuso empezar a trabajar. Llevamos desde entonces trabajando a piñón. Ante la crisis, soluciones.
¿Hay meritocracia en el mundo de la música?
Creo que hay de todo, gente que ha estado avalada y otros que han llegado desde abajo. Lo que sucedes es que yo no lo critico por ninguna de las partes, si te lo has currado desde cero, olé tus narices, no solo has conseguido posicionarte, sino que también, has aprendido varias carreras: músico, redes sociales, marketing, project manager... Y si te ha llegado por una lotería, qué más da, esto no es una carrera, no es una competición, al que le toca, le toca. A lo mejor esa persona lo tiene ahora todo pero quizás se paró con 20 o 22 años y ha entendido que la vida va de otra cosa porque ha tenido un bloqueo mental que le ha llevado a estar varios años parado. Cuando me preguntan si tengo la fórmula del éxito evidentemente no, pero sí hay ejercicios, como si vas al gimnasio para que te crezca el bíceps, puede que a mí me vaya mejor porque tengo el brazo más grande, porque voy más que tú al gimnasio o porque me alimento mejor. En la música pasa lo mismo, a lo mejor uno tarda en llegar arriba más que otro, vete tú a saber por qué factores. Es la vida, esto no es una competición, en ese sentido solo creo en la frase de “tienes que competir con tú yo de ayer”.
Mi padre se fue de casa cuando yo tenía 5 años, mi madre se ganaba la vida fregando escaleras, trabajaba tanto que nos criaron mis abuelos, yo vengo de lo mínimo, nunca me acosté sin comer, pero en mi casa no hubo una caja de cereales hasta que tuve 13 años, por supuesto no ketchup o mayonesa. Ahora lo veo y claro que me hubiera gustado tener ciertas cosas, pero también esto hace que valore otras cosas y también que dé otra importancia al dinero. Tengo un coche que me encanta pero ya tiene unos años, podría ahora entregarlo y comprar otro, pero, para qué, hasta que no se rompa no lo haré. Creo que esa mentalidad viene de ahí. Cuando veo a aquellos que protestan porque hay gente que tiene más oportunidades, claro que eso existe, pero también hay que pensar que a día de hoy hay muchas formas de buscarse la vida, más que antiguamente. Ahora me puedo hacer un canal de YouTube o de Spotify, es una cuestión de esfuerzo, disciplina y formación desde el lugar que tú quieras.
Estás trabajando en ese nuevo disco, también trabajas en una línea de ropa, tienes entre manos la banda sonora de otra película... Como dice la canción, sigues luchando.
Eso es, aunque hay veces que tengo bajones. Yo empecé a finales de los 90, tuve suerte, al grupo que tenía ese momento nos fichó una discografica. Tocamos en el programa que tenía Miguel Bosé, ‘El Séptimo de Caballería’. Son más de 25 años y a veces tengo la sensación de cansancio, pero intento que dure poco. Ahora estoy con dos pelis para el año que viene, una de ellas confirmadísima y que es maravillosa, estoy con un libro que hay que tenerlo para que salga en Navidad, el disco sale el año que viene, saco un EP ahora en verano, ‘Manual para perderse queriendo’, pero hay que seguir luchando, claro que sí; si quieres parar un tiempo, hazlo, es necesario parar, pero luego hay que seguir, hay cosas bonitas. Tenemos la idea de que si somos millonarios nos iremos a una isla. Si eso sucede, al tercer mes estás harto de conchas, de mojitos y de salitre.