El actor barcelonés publica el 10 de noviembre ‘Tú’, su nuevo libro. A esta obra lo acompaña un QR para escuchar piezas a piano interpretadas por él mismo
Jordi Mollà:
“Tenemos que aprender a bajar el volumen al ruido que nos rodea”
Asociar un nombre a una única y exclusiva ocupación es un error del que solo somos conscientes cuando nos cruzamos con alguien como Jordi Mollà. Porque sí, efectivamente, su carrera profesional se ha desarrollado de forma mayoritaria en el mundo del cine, pero con ‘Tú’ (editorial Marcombo), su nuevo libro, el actor barcelonés demuestra que su capacidad artística va mucho más allá.
Este 10 de noviembre se publicará, ‘Tú’, su nuevo libro. ¿Qué se va a encontrar el lector en estas páginas?
Se va a encontrar, o espero que se encuentre, a él mismo o a ella misma y que, de algún modo, entre en contacto con él o ella misma para tener una vida más plena, más tranquila, si podemos decir, y con más armonía. Es simple.
Había escrito anteriormente otros dos libros, ‘Las primeras veces’ y ‘Agua estancada’. ¿Cree que este libro va un punto más allá en cuanto a invitar a la reflexión?
Sí, porque este libro es muy sencillo de leer, es un libro de frases que todas empiezan igual, una frase por página y con un mensaje condensado para alcanzar un bienestar. Es un libro que lo puedes empezar por la última página, por el medio, por la primera... es muy, muy simple, pero con reflexiones acerca de ti, por eso se llama ‘Tú’.
Hablando de la sociedad actual en la que vivimos, ¿cree que nos falta escucharnos más a nosotros mismos?
Creo que es importante que nos escuchemos, el ruido forma parte de la vida, sobre todo hoy, pero debemos bajarle un poco el volumen a ese ruido para poder realmente conectarnos con nosotros mismos y llevar una vida mejor para nosotros, para nuestras familias, para los hijos y para los amigos.
Una de las características de nuestra sociedad es el estrés, la vorágine diaria. ¿Tenemos miedo a la introspección o simplemente es que no tenemos tiempo para ello?
El tiempo es lo único que tenemos, pero tenemos que saber utilizarlo muy bien, y a veces no es fácil, en muchas ocasiones un día no da para todo. Hay que ser responsable con la vida de cada uno y encontrar como sea un poco de tiempo para uno o para una misma. De cara a ese objetivo es fundamental saber gestionar bien el tiempo. Pero a veces, repito, es muy complicado, sobre todo si alguien tiene familias, si tiene hijos, encontrar ese tiempo se complica mucho, hay muchas cosas que hacer.
“El tiempo es lo único que tenemos, debemos usarlo bien, pero no es sencillo”
Sobre esto que comenta, normalmente se ha catalogado ese ejercicio de mirar para uno mismo como un ejercicio de egoísmo. ¿Tenemos que empezar a derribar esa idea?
Yo solo digo que si tú no estás bien contigo mismo, va a ser difícil que estés bien con los demás. En este sentido, este libro no tiene nada de egocéntrico, ni de vanidoso, ni de narcisista. Absolutamente nada. Tampoco tiene nada de egoísta, más bien al contrario. Si tú estás bien contigo, lo estarás también con los demás, es una regla que siempre es infalible.
En la sinopsis se introduce una definición del siglo XXI en la que llega a hablar, incluso, del romanticismo. ¿No ha muerto entonces ese concepto?
Es un neorromanticismo. Para mí, un romántico es aquel que siempre quiere estar donde no está y que formula constantemente frases como “me gustaría estar en las Bahamas”, “me gustaría comerme un asado”, “me gustaría conocer a una persona”, “me gustaría que me fueran las cosas tan bien como le van a aquel”... El romántico siempre se está proyectando en una idea, no en una fantasía. Y obviamente hoy las redes sociales muchas veces solo ayudan a expandir el fenómeno FOMO, fear of missing out, esa hipótesis de “si hubieras estado allí”. Por eso lo llamo un neorromanticismo, pero tratado desde el punto de vista de las consecuencias porque, claro, yo no puedo estar donde estás tú ahora mismo ni tú donde estoy yo.
“El romántico siempre se está proyectando en una idea, no
en una fantasía”
Esto choca con esa tendencia que tenemos, exagerada, de querer grabar todo con los dispositivos móviles, de estar en un lugar y no disfrutar de lo que tenemos delante sino tratar de inmortalizarlo con un teléfono.
Allá cada cual, es un teléfono unipersonal y el ciudadano o el consumidor puede hacer con ese dispositivo lo que él desee, porque es el suyo. No hay nada que hacer. De esto habla mi libro, come la comida que tienes en el plato y déjate de fotos.
Además de la experiencia propia de la lectura, al libro lo acompaña un código QR donde se pueden escuchar 13 temas que usted interpreta a piano. ¿Quería poner una banda sonora a esta obra?Exacto. Yo llevo 35 años haciendo películas, quería que este libro fuera como una especie de película. El volumen uno de esta música que he compuesto para este libro es una manera de que ir un poco más allá de leer un libro, sino que el lector se meta en una zona atmosférica a través de otro sentido que es el oído, mientras la vista va señalando el texto, puedes seguir escuchando la música casi como si fuera casi una película. Ya está disponible en Spotify y Apple Music, si alguien hace la prueba cuando salga el libro verá que ese libro tiene otra densidad.
Actor, escritor, músico, tiene también obras pictóricas... ¿Hay alguna faceta artística que le gustaría explorar y que no la haya hecho aún?Seguramente sí. También he editado algún libro por mi cuenta, autofinanciado, me lo pasé muy bien diseñando un libro de dos tomos, muy grande, estilo a los ‘coffee table book’, ese típico librazo que ves encima de una mesita en el salón de una casa. Saqué una tirada de 2.000 ejemplares, lo autofinancié yo al 100%. Además de esa parte editorial que ya he tocado, seguramente hay alguna otra cosa que me interesa, por ejemplo, me interesaría dirigir teatro, o incluso dirigir ópera, porque estudié ópera cuatro años. Que lo haga bien o mal, eso ya es otra historia, pero dirigir una ópera o una obra de teatro es algo que sí me gustaría. Eso sí, como actor de teatro no me veo.
En breve va a viajar a Estados Unidos para rodar con Mel Gibson. En esas jornadas que seguramente son largas y duras, ¿se abren también espacios para poder crear, ya sea como pintor o como escritor?
Sí, a veces cuando estoy haciendo una película como actor, los días que no trabajo en el set, me dedico a escribir guiones para películas que yo quiero dirigir y que quiero financiar. Ya he dirigido dos películas, así que tampoco es algo nuevo para mí.