sábado, 19 octubre 2024


Personajes

Alberttinny:

“El poder está por encima de la política, es el dinero”

El que fuera guitarrista de IZAL emprende su carrera en solitario con un disco, ‘Kintsukuroi’, como tarjeta de presentación. Este domingo 6 hará parada en Madrid para actuar en MadBlue antes de visitar Ávila o Baeza

Del éxito con una banda de reconocido prestigio como IZAL al vértigo de arrancar una aventura en solitario. Alberto Pérez, conocido artísticamente como Alberttinny, afronta ese reto con su primer disco bajo el brazo, ‘Kintsukuroi’.

Este pasado 20 de septiembre veía la luz tu primer disco en solitario. Aunque quizás sea un poco pronto para ello, ¿qué valoraciones te están llegando al respecto?
Estoy teniendo muy buen ‘feedback’, la verdad, me están mandando mensajes muy buenos, especialmente a través de las redes sociales, que es nuestro baremo y nuestro contacto directo con la gente que nos sigue. Estoy recibiendo mensajes muy bonitos y sobre todo muy emotivos, muy personales, hablándome sobre ciertas experiencias ahora de escuchar las canciones. También hay que tener en cuenta que llevo sacando singles ya unos meses, desde febrero, con lo cual ya hay buena parte del del disco que ya ha visto la luz, la mitad de las canciones concretamente, ya he estado recibiendo un buen ‘feedback’ de aquello y tengo muy buenas sensaciones. Sobre todo siento mucho cariño y mucho respeto por el trabajo que acabo de lanzar.

Creo que hay un hilo que conecta estas 10 canciones, que es un ejercicio de introspección. ¿Llevaban contigo mucho tiempo estas letras?
Ha sido un proceso largo. La canción más antigua que está en el disco es ‘Intuición’, que puede tener cinco años, prácticamente. Tuve un momento clave en mi vida, que fue el nacimiento de mi hija, Greta, tengo claro que ahí fue cuando empecé a escribir mucho e intenté sobre todo dirigir mis esfuerzos a hacer canciones. Luego, lo que ocurrió con el grupo fue un momento también muy sensible y muy difícil que me hizo escribir. Hay introspección, he tenido que hacerlo para que, primero, sea algo real, que yo lo sienta así y lo pueda defender, y para realmente llegar a una esencia que yo en ese momento no tenía, venía de trabajar con un grupo, así que al empezar mi trayectoria en solitario tengo que encontrar mi forma de expresarme, qué soy yo, con qué me siento identificado verdaderamente a nivel artístico. Todo eso conlleva un esfuerzo por saber quién soy a nivel musical yo como artista en solitario. De ahí viene ese ejercicio y a lo mejor esa introspección que intuyes que tienen todas estas canciones.

Tanto el disco como la primera pista llevan el mismo nombre, ‘Kintsukuroi’, un término que designa ese arte japonés de reparar objetos con la ca de oro o de plata. ¿Hay un deseo de sanar definitivamente cicatrices?
Sí, efectivamente. Me llamó mucho la atención el concepto, me lo encontré de casualidad, no es que sea una persona súper experta en la cultura japonesa ni en la filosofía, aunque cada vez me llama más la atención. Me encontré con ese término y me llamó la atención como para hacer una canción. Pasado el tiempo me di cuenta que realmente gracias a que decidí invertir mi tiempo y mi atención en escribir canciones salió el disco. Con lo cual todo el disco en sí mismo es kintsukuroi, es cerrar una etapa en la que obviamente veníamos trabajando a un nivel enorme y, de repente, te ves en casa y ves que tu vida se ha parado. O haces algo para cambiarlo, o ahí te quedas. Creo que tengo cosas que decir, que siento que las quiero decir y que solamente quería aprender cómo decirlas. Obviamente había heridas que cerrar y, bueno, en su concepto kintsukuroi es también mantenerlas presentes precisamente para eso, para ahora que estoy mejor, ahora que estoy afrontando esta nueva etapa, ahora que empiezo a ensayar con mi banda y tengo ganas de irme a tocar y quiero disfrutar y que la gente me esté diciendo que les gustan las canciones, tener en cuenta que todo esto viene de aquello, de esos momentos tan malos que pasé.

¿Hay también un ejercicio de resiliencia detrás de estas canciones
Sí, yo creo que sí. De resiliencia y de reivindicación también como músico. A veces hablo sobre el ego, no como algo negativo o destructivo, sino hay un ego también que a nosotros nos empuja un poco, un amor propio que nos lleva a pasar página cuando todo se ha acabado y ha sido muy bonito. Hay un enfoque de ser consciente de que puedes hacer cosas nuevas, las haré mejor o peor, pero voy a hacerlo, voy a lanzarme.

Hemos hablado de la canción que habrá el disco, pero en cambio el primer single que vio la luz es ‘Mi propio incendio’. ¿Tenías claro que estará la mejor tarjeta de presentación del disco?
Siempre sacar un single es complejo, tienes la duda sobre qué mostrar en primer lugar. Pero, claro, cuando no hay nada mostrado sobre el proyecto, o sea, es la primera vez que se ha escuchado una canción cantada y escrita por mí, es todavía mucho más drástico o más difícil de decidir. Me acuerdo que hablé con Santos, con mi productor de Santos&Fluren,y le dije: “Mira, tío, no tengo claro con qué salir, hay varias canciones que me gustan”. Me respondió que nadie sabe qué va a pasar, por lo que escogiera la canción que más me hubiera emocionado. Tuvimos claro que en el estudio hubo un momento super emotivo grabando ‘Mi propio incendio’ y que, cuando yo hice mi casa la maqueta, acabé también muy emocionado porque venía después de un vacío compositivo en un tiempo medianamente largo, yo intentaba componer y no salía nada. El solo final de la canción lo grabé super emocionado, y tuve clarísimo que la canción más emocionante para mí del disco en ese momento era esa y que, por tanto, debía salir la primera.

¿Cómo lidias con esos procesos de sequía compositiva?
Todo es nuevo para mí. Yo antes, como arreglista, sabía lo que tenía que hacer, que si cogía una guitarra y me ponía a tocar una canción tenía la intuición de qué funcionaba mejor. Cuando es la primera vez que compones, no sabes, mi intención era ir componiendo sin ponerme límites, que cuando acabara con una canción intentara empezar otra. Eso no funciona así. Para componer tienes que tener estímulos, tienen que pasarte cosas en tu vida, tienes que leer... Eso es un tiempo también de búsqueda, tu visión ya ha cambiado y sabes que puedes sacar una canción realmente de una historia cualquiera, aunque sea sencilla, estás más atento a eso. Me he dado cuenta de que presionarme no sirve de nada y de que esperar a que venga la inspiración, tampoco. Lo que tengo que hacer es trabajar en ciertas ideas, estar en estudio, estar activo, pero sin presionarme. Sé que a cabo del tiempo acaba viniendo una buena idea que acaba siendo una canción.

Si algo bueno tienen plataformas como Spotify o YouTube es que, en cierto modo, nos permiten entrever los gustos del público. ‘Causas perdidas’ es una de las canciones que mejor está funcionando en estos momentos por número de escuchas y reproducciones. ¿Te esperabas una acogida así?
Tenía esperanzas de que esa canción podía gustar a la gente. ¿Por qué? Porque la rítmica que tiene me parecía guay, tiene un rollo más positivo que ‘Mi propio incendio’, pensemos que son etapas completamente distintas, ‘Causas perdidas’ la compuse dos semanas antes de ir a grabar, así que entre ambas puede haber perfectamente tres años de diferencia o más. Una está compuesta en un momento triste o de sentirme un poco más perdido, y la otra en el momento en que iba a entrar a grabar, cuando yo estaba contaminado de esa ilusión de por fin grabar mi disco. Eso se nota en la composición, se nota que la canción es distinta, tiene otro aire. A pesar de que la letra bueno habla de ciertas cosas que tampoco son demasiado positivas, pero sí que es verdad que la canción en sí, en global, es más positiva. Confiaba en que esa canción iba a funcionar, sin embargo va bien, pero ‘Mi propio incendio’ creo que sigue siendo, si no me equivoco, la que más reproducciones acumula. Estoy muy feliz con la respuesta de la gente.

‘Causas perdidas’, como bien dices, habla de muchas cosas, pero creo que sí que deja un poso positivo. Hay casi una especie de oda a la perseverancia. ¿Crees que hacen falta también himnos así que nos empujen a hacer cosas aunque pensemos que sean utópicas?
Creo que sí, nos ha ganado la pereza, pienso que ya se están descubriendo todas las cartas del sistema. Yo creo que se pueden cambiar las cosas, pero soy consciente de que realmente estamos metidos en un sistema donde de repente te das cuenta que el margen político que hay no es tan grande, que el poder es otra cosa, el poder está por encima de la política, por encima de la gente, el poder es el dinero, las grandes fortunas y la gente que mueve esos hilos todo el tiempo. El mensaje que creo que tenemos en la cabeza es que da igual, eso nos hace perder impulso, pero realmente, si lo piensas bien, creo que algo se puede cambiar, o por lo menos que a nivel personal no te ganen, puedes hacer cambios por ti, por tu vida, por no creerte lo primero que te digan. Si lo damos todo por perdido, lo damos todo como imposible, al final no nos levantamos del sofá, no hacemos ciertas cosas. En el camino de esa utopía aprendemos valores, conocemos gente... un montón de cosas que son muy interesantes para tu vida y al final lo que hacen es enriquecerte como persona. Eso es de la que habla esta canción.

Además de estas letras, hay un sonido al que creo que le has dotado de un estilo muy personal, pero inevitablemente, mucha gente pensará en ti al principio como un ex miembro de IZAL. ¿Has tenido la necesidad de desmarcarte de ese espíritu, es decir, que tuviera un sonido más propio y que no se asemejara a aquello?
No he reparado en ello porque en realidad es que como IZAL partía de las composiciones de Mikel y de los arreglos de todos, tendría que hacer un esfuerzo enorme para poder imitarlo, mi cerebro no es de Gato, ni de Iván, ni el de Alejandro; yo hago las cosas como yo las he entendido, como a mí me emocionan, y luego hay un elemento común, obviamente, porque Alejandro ha grabado las baterías del disco y yo soy el guitarrista de IZAL. Ese lenguaje, por más que queramos cambiarlo, va a estar ahí. Sinceramente, es muy difícil para mí ser objetivo en esto, la verdad, me gustaría que alguien claramente lo escuchara y diera su valoración. A mí nadie me ha dicho nada de que se parezca IZAL, me sorprendería que me lo dijeran, aunque es obvio que todos nos acabamos contaminando de todos, esto es un intercambio de ideas, yo he aprendido de ellos, y espero que ellos también de mí algo, al final nos hemos nutrido durante años de nuestras ideas, de nuestras influencias.

¿Esta nueva etapa te ha permitido explorar sonidos que tuvieses anteriormente en mente?
Mi parcela era la guitarra. Ahora, cuando compones, de repente se me abre todo, tengo que hacer las melodías, las letras, la instrumentación, yo elijo, así que de repente no necesito expresar tanto con la guitarra. Me he abierto otros sonidos y he usado sintetizadores que no he usado con IZAL, he usado instrumento que se llama ronroco, que es una especie de charango un poquito más grave, de origen andino y lo he usado en la canción de ‘Sobre los Andes’. Siempre he tenido la inquietud de incorporar nuevos sonidos a IZAL o buscar de qué manera podía enriquecerlo, entonces de eso no ha cambiado nada, realmente sigo intentando investigar, pero sí que es verdad que antes, como era mi labor un poco más específica, invertía muchísimo tiempo en buscar detalles como un pedal. Ahora, como es algo más genérico, la inspiración la encuentro más en la mezcla de acústicos con electrónicos, cacharrear mucho y hacer muchas cosas de producción para jugar con algo que no he hecho habitualmente. Estoy súper abierto a probar. En esencia no ha cambiado la forma de ver las cosas, lo que pasa es que aquí se ha ampliado, antes lo hacía solamente con la guitarra o con instrumentos de cuerda y ahora estoy haciendo cosas con piano o sintetizadores.

Ya hay varias fechas anunciadas dentro de la gira. Antes, con IZAL, estaba la atención más dividida en el escenario. ¿Cambia mucho ese rol de estar un poco más en la sombra a ser ahora el ‘frontman’, la persona sobre la que gira todo en el escenario?
No es algo que haya sido fácil para mí, porque además yo he tenido siempre como un perfil bastante secundario, en las entrevistas no soy una persona muy extrovertida, no he hablado mucho, soy muy tímido, así que siempre en las entrevistas hablaban los demás, siempre me he mantenido en otro nivel porque no me sentía muy cómodo con cierta exposición. Pero claro, luego ocurre esto, que quieres salir, quieres hacer tu música y al final te das cuenta que no te queda otra. Estoy aprendiendo ahora a tener ahora una conversación contigo y a estar tranquilo, explicando mis cosas sin tantos problemas. Espero ser transparente en ese sentido, voy a hacer un concierto en el que va a primar la música, no llevo grandes medios, tengo la suerte de ir rodeado de compañeros que son auténticos amigos y súper profesionales, que estuvieron en IZAL, gente muy pro pero que vienen porque son amigos. Entonces, yo voy a ir a hacer algo muy sincero, donde la música es lo que prima, voy a tratar de que la gente lo disfrute. No sé cómo voy a reaccionar en un escenario, no me gusta ser de centro de atención, pero la realidad es que estoy teniendo una gira en la que estoy música, en la que soy yo el responsable y al final no me queda otra, no tengo otro camino que aceptar eso y normalizarlo. Es otra parte de mi trabajo y, sobre todo, tengo unas ganas de tocar y de estar en el escenario ya. En los primeros ensayos con banda ya se me ponía el vello de punta. Espero que sea muy emocionante y creo que la gente intuye de qué voy, se van a encontrar a un tipo que va a explicar sus canciones, que va a tocar y que va a defenderlo lo mejor posible. Cada vez me siento más cómodo cantando, que es algo nuevo para mí. Ya está, a hacer camino. Nunca sabes lo que va a pasar, así que, bueno, para adelante.

Comentarios