El actor badalonés regresa a Madrid con su espectáculo ‘¡Por fin solo!’. Se podrá ver en el Teatro Bellas Artes desde el próximo 27 de noviembre hasta el 6 de enero
Carles Sans:
“En Tricicle también sufríamos esa especie de síndrome del éxito”
Pasó 40 años formando parte de Tricicle, toda una vida, pero cuando la compañía decidió poner punto final, Carles Sans se lanzó a una nueva aventura, la de presentar un espectáculo, ‘¡Por fin solo!’, que regresa a Madrid tras más de cuatro años de gira por toda España.
Lleva más de cuatro años de gira con este espectáculo, un tiempo del que no pueden presumir muchos shows. ¿Qué balance hace?
Hago un balance inmejorable, porque si me hubiesen dicho que cuando empecé a plantearme este espectáculo que estaría de gira hasta cuatro años después, con un éxito increíble, a Barcelona voy a volver para una tercera temporada, en Madrid será la segunda, estoy repitiendo en muchas ciudades... no me lo hubiese creído, era un reto muy fuerte es dar ese salto desde Tricicle a yo en solitario con un espectáculo hablado. Ahora, habiéndolo conseguido estoy feliz.
¿Ha superado, entonces, sus expectativas?
Sí, sin duda.
Tricicle se apoyaba en el espectáculo gestual y aquí, en ‘Por fin solo’, usa la palabra. ¿Le ha servido ese cambio para descubrir alguna faceta nueva sobre el escenario?
Muchas cosas. Como actor de gesto creo que había llegado a la madurez, pero me faltaba un poquito utilizar la palabra, aunque en mis comienzos, cuando era estudiante de arte dramático en Cataluña, había hecho teatro de texto, pero bueno, no es lo mismo y había que enfrentarse a esto. La verdad es que me siento como pez en el agua, es como si lo hubiera hecho siempre. Además, cuando tienes un espectáculo en el que sabes que el público se va a reír entre cuatro y cinco veces por minuto, porque eso está contabilizado, es una maravilla salir al escenario.
Cuatro años dan para muchas funciones. ¿Hay alguna que le haya impactado especialmente y que recuerde con más cariño?
Por ejemplo, el estreno que tuve el año pasado aquí, en Madrid, delante de tantísimos amigos y en una capital a la que me gusta mucho venir, con Tricicle veníamos y nos pasábamos largas temporadas aquí. Es un público muy cariñoso el de Madrid, siempre nos ha recibido muy bien y ahora espero que en unas fechas como estas de Navidad, donde tanto apetece reír, pasárselo bien y entretenerse, es el espectáculo ideal para disfrutar en este momento.
Lleva muchos años subido al escenario, tanto con Tricicle como ahora en solitario, ¿sigue generando nervios el hecho de saber que se han vendido todas las entradas para un espectáculo?
Sí, pero son unos nervios muy distintos a los que hay cuando sales diciendo que tienes un cuarto de sala o que han venido muy pocos espectadores, son dos tipos de nervios distintos. Estos nervios son los que te responsabilizan porque tienes que estar a la altura de las expectativas que has creado, pero es muy satisfactorio, así que ojalá me pase esto aquí en el Bellas Artes.
Está todo muy medido, como decía, con esas cuatro o cinco risas por minuto. ¿Hay alguna anécdota sobre todas las que cuenta de Tricicle que conecta con el público, independientemente de la ciudad en la que esté?
Todas. El pasado fin de semana estuve en Talavera de la Reina, es una ciudad en la que no había estado en mi vida y tuve al público en pie al final, aplaudiendo, muy cariñoso y sin parar de reír. Hay situaciones en las que sabes que se van a reír, y ocurre, está tan medido todo que ahora mismo el espectáculo llega a Madrid en un momento de madurez óptimo.
La esencia se mantiene, ¿pero ha habido algo que haya ido variando respecto a las primeras funciones?
Sí, algunas cosas que a lo mejor he recordado, he quitado, he añadido, he puesto... no muchas, pero sí, para realmente redondear el espectáculo.
¿Le sirve la actualidad de inspiración?
No, lo dejo a un lado, porque la actualidad, como su nombre dice, hoy es actualidad y dentro de tres días ya no lo es, este espectáculo no se nutre del día a día, de las noticias ni de nada en relación a lo político. Este espectáculo cuenta cosas vividas, anécdotas muy locas, muy divertidas, todas reales, en las que Tricicle tiene mucho peso, pero también hay muchas personales, historias que el público me pregunta si de verdad han ocurrido porque parecen inverosímiles. Cuando llevas tantísimos años, son muchas las historias que si tienes memoria y la capacidad de transformarlas en una anécdota jugosa, es una gozada.
Aunque el espectáculo esté en una fase de madurez y ahora esté centrado en ello, ¿ha pensado en ideas de cara al futuro?
Justamente ahora estoy empezando a darle vueltas a la posibilidad de hacer un espectáculo nuevo. Como siempre, ahora entro en aquella etapa de que vengan las musas y la inspiración para encontrar algo que esté realmente a la altura de las expectativas. Pasas un poco el síndrome del éxito, es decir, cuando has obtenido el éxito con un espectáculo, hay una presión muy grande para el siguiente, porque piensas que no podrás alcanzar el nivel que has tenido, así que te entra esa especie de angustia, de incertidumbre, pero bueno, hay que afrontarlo. Con Tricicle nos pasaba muchísimo, a cada espectáculo nuevo pensábamos que no iba a ser tan bueno como el anterior, y mira.
¿Convive bien con ello, entonces?
Bueno, se intenta, ahora entraré en esa etapa un poco más de nervios, de inquietud, pero iré poco a poco.
¿Mejor solo o bien acompañado?
Mejor bien acompañado, en casi todos los sentidos. Solo tampoco se está nada mal, yo sé convivir solo, sé viajar solo, voy a restaurantes solo cuando estoy de gira, no me importa la soledad voluntaria. Ahora, cuando estaba tan bien con ellos, era muy agradable, por supuesto.