La región invierte 3 millones en recursos para cuatro centros residenciales destinados a mujeres víctimas de violencia

Con 52 plazas disponibles para jóvenes de entre 18 y 25 años, les ayudan a recuperar la autonomía, a su inserción laboral y a potenciar las relaciones sanas

La Comunidad de Madrid va a invertir tres millones de euros en cuatro centros residenciales para mujeres jóvenes, de entre 18 y 25 años, víctimas de violencia en el ámbito familiar o de la pareja.

La consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila, ha visitado este lunes el Centro Número 4 (se numeran los existentes para dificultar su localización), que ofrece acogida, preparación y asesoramiento para impulsar la autonomía de las usuarias.

Dávila ha destacado este “lugar seguro que ofrece un plan de intervención personalizado para facilitar su inserción social y laboral”. El centro, gestionado por la Fundación Mariana Allsopp, cuenta con nueve habitaciones individuales y un equipo de profesionales de áreas como Trabajo Social, Educación Social, Integración Social y Psicología.

En los centros se trabaja de forma individualizada con las jóvenes a través de distintos programas especializados, que tienen como objetivo desarrollar un proceso de reconstruccción personal que les permite ganar seguridad. Entre ellos, para fomentar las relaciones sanas y los hábitos saludables, están Prevención de Conductas de Riesgo, Inserción Laboral u Ocio y Tiempo Libre. En total, la Dirección General de la Mujer cuenta con cuatro centros públicos de estas características, que suman un total de 52 plazas.

Estas instalaciones distribuidas por la región, cuyas ubicaciones son secretas por motivos de seguridad, suponen un lugar seguro para estas jóvenes. Desde el momento en el que ingresan cortan el contacto con su entorno familiar, para cesar las situaciones de maltrato en las que estaban inmersas.

Una de ellas es Paula (nombre ficticio). Sin poder dar detalles sobre su experiencia personal para no facilitar datos sobre su paradero, la joven ha insistido en que los centros para víctimas son una oportunidad “para salir de una situación que es muy grave”.

Paula sabe que “es muy difícil” salir de casa, pero aún así ha animado a aquellas que se encuentren en su mima situación a que lo hagan. “Os lo voy a suplicar. Intentar salid de casa. Hay muchas maneras, no os quedéis con gente que os ha hecho daño”, ha alertado. Al hilo, ha puesto en valor que en los centros se produce “un desarrollo emocional” para “aprender a expresarte mejor, también psicológicamente hablando, y esas son cosas claves e importantes a lo largo de tu vida”.

UN PROYECTO INTEGRAL “MARAVILLOSO Y MÁGICO”

Belén Abriela, psicóloga del Centro para Mujeres Jóvenes Víctimas de Violencia número cuatro, ha calificado el trabajo que hacen con estas mujeres como “un proceso maravilloso y mágico” en el que “se transforman”.

Las acogidas están diseñadas para un tiempo máximo de dos años, aunque siempre existe la posibilidad de ampliar el periodo en extensiones de tres o seis meses. Durante este tiempo, según ha explicado Abriela, se lleva a cabo un “proyecto integral” donde se trabajan “todas las áreas” con especial hincapié en la psicología.

Estas jóvenes reciben terapia, al menos, una vez a la semana, pero pueden ser muchas más tanto de manera individual como grupal. “Vamos aumentando la sesión de las terapias a medida que vamos consiguiendo vínculo y podemos dar cuatro sesiones terapéuticas a la semana, que eso es gloria bendita”, ha valorado la psicóloga.

Una vez controlada la parte emocional de la víctima, el trabajo de los especialistas se centra en “una vida que les lleve a la autonomía” para evitar que vuelvan a una “situación de dependencia”. Se trata de formarles tanto académicamente como en habilidades laborales y sociales. Así, pueden volver a rehacer su vida lo más preparadas posible.

“LA VIOLENCIA TAMBIÉN ESTÁ EN LA FAMILIA”

Otra de las jóvenes interna en este centro, Pilar (nombre ficticio), ha aprovechado la presencia de los medios de comunicación para incidir en que “la violencia también está en la familia” porque considera que “no hay mucha conciencia”, sobre todo entre los jóvenes, de que eso sea posible.

“Tienes que consentir todo y creo que no debe ser así, porque aunque sea tu familia, la familia también ejerce violencia”, ha manifestado, a lo que ha añadido que los “Servicios Sociales van a estar ahí para ayudarte cuando salgas”.

Para Pilar, lo más importante es “que dejes la culpa a un lado”, aunque ha admitido que “cuesta muchísimo”. En esta línea, la joven ha recomendado que, en una situación de peligro como la que ella experimentó antes de entrar al centro, es fundamental “hablarlo con quién sea, como si es tu profesora, tu amiga, el orientador del instituto o quien sea”.

40 MILLONES CONTRA LA VIOLENCIA

El presupuesto de la Comunidad de Madrid en materia de violencia contra la mujer para este año es de 40 millones de euros. Desde la puesta en marcha de la Ley integral en este ámbito, se ha desarrollado una extensa red de recursos, compuesta por centros de emergencia, acogida, pisos tutelados, residenciales para víctimas de trata con fines de explotación sexual, jóvenes, reclusas y exreclusas, que ascienden a 324 plazas para mujeres, sus hijos y personas a su cargo.

Además, la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales dispone de dos Centros de Crisis 24 horas, el último abierto a finales del pasado año con ocho plazas residenciales que ya ha atendido a medio centenar de mujeres.

Durante su visita, Dávila ha calificado las instalaciones como “un claro ejemplo” de “apoyo desde el primer momento para ganar en seguridad y en autonomía” acompañadas durante el proceso por “un excelente grupo de profesionales”.

En 2024, según ha especificado la consejera, se atendieron hasta 65 mujeres en las 52 plazas hábiles en la región. “Queremos seguir dando a conocer a todas las mujeres que lo necesiten, que este tipo de recursos existen en la Comunidad de Madrid para que puedan acceder a ellos y pedir ayuda cuando lo necesiten”, ha señalado.

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