Madrid utiliza drones e Inteligencia Artificial para acabar con la oruga procesionaria en pinos y cedros

El Ayuntamiento de Madrid ha comenzado a utilizar este viernes drones e Inteligencia Artificial para acabar con la oruga procesionaria que crea nidos en las copas de los pinos y cedros de los parques. El objetivo es evitar los peligros y perjuicios que provoca, como urticaria, tanto en la ciudadanía como en las mascotas.

El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, se ha trasladado al parque Dehesa de la Villa, donde este proyecto piloto se ha puesto a prueba, acompañado del concejal delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo, para conocer de primera mano cómo opera el primer vuelo con dron para la detección de bolsones de oruga en árboles de gran altura.

“Seguimos contribuyendo a reducirlas con mayor presencia, con mayor personal y ahora incorporando nuevas tecnologías, en este caso a través del dron, que capta imágenes que luego geolocaliza en el dispositivo, lo que permite a través de la Inteligencia Artificial identificar los nidos, georreferenciarlos e ir directamente”, ha explicado Carabante. Estos nidos en las copas de los árboles, al no ser visibles desde abajo, “antes no se detectaban”.

El Consistorio va a comprobar la eficacia de este sistema experimental, aunque en las primeras pruebas ha destacado que “el resultado es muy positivo”. Si este proyecto piloto que está llevando a cabo Acciona, responsable actual del mantenimiento de los parques históricos y forestales, soluciona el problema existente el dron se podría incorporar en otras zonas verdes como El Retiro, Casa de Campo, Capricho, Tres Cantos, La Elipa, San José o Dehesa Boyal.

TRATAMIENTOS RESPETUOSOS CON EL MEDIO AMBIENTE

Las actuaciones siempre comienzan en verano y se prolongan hasta febrero, con cuatro líneas de acción: trampas de feromonas, aplicación de productos fitosanitarios autorizados mediante endoterapia, retirada de los nidos y colocación de anillos perimetrales en los árboles. Estos tratamientos para paliar las plagas de orugas procesionarias se realizan, según ha indicado el Ayuntamiento, “mediante técnicas respetuosas con el medioambiente”.

Durante la estación de verano se colocan las trampas con feromonas en las zonas municipales arboladas para atraer y capturar ejemplares macho de la mariposa procesionaria. Esta estrategia interrumpe el apareamiento de las mariposas hembra reduciendo así la puesta de huevos y el consecuente nacimiento de orugas. En la campaña actual se han desplegado un total de 4.259 cepos de este tipo en pinos y cedros.

Entre los meses de octubre y noviembre se lleva a cabo la endoterapia en numerosos árboles. Esta técnica, que se ha implantado en 2.530 árboles, consiste en la introducción de productos fitosanitarios autorizados en la savia de los árboles, a través de pequeños orificios, para que lleguen a las hojas que las orugas consumen y así perecer. Suele aplicarse de forma selectiva en ejemplares con dificultades de acceso, ya sea por su altura o por su ubicación, en patios interiores o en zonas cerradas.

La retirada de los nidos de las orugas se produce durante al comienzo del año, en los meses de enero y febrero. Los bolsones ubicados en las copas de los árboles, principalmente de pinos y cedros, se quitan con tijeras de pértiga o plataformas de poda. Esta labor representa un esfuerzo significativo y se considera la más efectiva en la eliminación de estos insectos. Esta temporada se han retirado un total de 72.907 bolsones, más del triple que el año anterior.

Por último, en febrero, se instalan anillos perimetrales alrededor de los troncos de los árboles para evitar que las orugas bajen al suelo y formen procesiones. El año anterior se instalaron 1.717 anillos, pero esta campaña se se han colocado más del doble, 4.578 anillos, para acabar con las plagas.

QUÉ HACER ANTE LA PROCESIONARIA

Los trabajos realizados por el Consistorio en las campañas previas han tenido un impacto relevante en la disminución del número de nidos a lo largo de los últimos años. Se pone especial foco en zonas infantiles, estanciales y entornos de centros escolares.

En cualquier caso se advierte a la ciudadanía que ante la presencia de orugas hay que evitar tocarlas. La curiosidad natural de niños y mascotas ante el peculiar comportamiento de estos insectos puede llevarlos a acercarse peligrosamente, incluso a tocarlas.

Las orugas, cuando se sienten amenazadas, pueden liberar pelos urticantes que causan lesiones en los ojos, en la piel y en las mucosas. Si se detecta su presencia se pide la colaboración ciudadana para erradicarlas. Así, se recomienda dirigirse de inmediato a los servicios municipales a través del teléfono gratuito 010 para activar la intervención necesaria en la zona afectada, en caso de que sea de titularidad municipal. Mientras que si se encuentran en parques privados se insta a contactar con los responsables para que tomen las medidas correspondientes.

Igualmente se recomienda no intentar eliminar los nidos de procesionaria por cuenta propia ya que es fundamental la asistencia de expertos en el control de plagas fitosanitarias. La manipulación inadecuada de disolventes, gasolina o insecticidas siempre representa un riesgo considerable para las personas y el medio ambiente, ha remarcado el Ayuntamiento.