Personajes

Los Sírex:

“No haremos una gira de despedida, sólo me iré el día que no tenga voz”

La mítica banda, autora de temas archiconocidos como ‘La escoba’ o ‘Que se mueran los feos’, celebra sus 65 años en el mundo de la música. Actuará el próximo 7 de marzo en la madrileña Sala But junto a muchos invitados

Hablar con Antonio Miquel Cerveró, más conocido como Leslie, es hacerlo con una de las leyendas viva de la música española. A sus 80 años, el líder de Los Sírex acumula una trayectoria plagada de anécdotas que justificarían una entrevista, pero la razón del encuentro con GENTE no es menos poderosa: la actuación del 7 de marzo (21 horas) en la Sala But para celebrar sus 65 años en la música.

¿Qué expectativas tienes de cara a estos conciertos tan especiales?Bueno, las expectativas están a tope. En Madrid va a ser una bomba, porque a la que hemos empezado a hablar de esto me ha llamado gente de toda España. Va a ser un día entrañable. La vida me ha enseñado que hay que disfrutar el día a día, porque cuando se llevan tantos años en la música y de vida como yo tienes la suerte de tener una mochila de recuerdos. Cuando se tiene el carácter que tengo yo, en plan positivo y creativo, no me da miedo nada, esto te hace sentirte más feliz aún y con mucha más ilusión. Hay frases que parecen demasiado manidas cuando las dice gente que tiene una edad, pero es cierto, ahora me siento me siento más feliz que nunca. Llegas a un momento de la vida en que pierdes unas ilusiones que son aquellas de comprarte un barco o un avión, estas cosas que te das cuenta que no necesitas para nada, y vives con mucha más sencillez, disfrutas de las cosas de la vida, como pasear. Con todas las cosas que me han pasado, estoy viviendo un momento dulce de mi vida. Tengo 80 años en positivo, gracias a la salud que me ha respetado.

Los Sírex celebráis 65 años, una cifra que aquí en España está muy emparentada con la jubilación. Lejos de ello, seguís trabajando.Cuando estás haciendo un trabajo que te gusta, es lo mejor que te puede pasar en la vida. El gran problema lo tiene la gente que va a trabajar pensando que el jefe es un mamón y que los compañeros son un desastre. ¿Sabes qué es lo mejor que he tenido en mi vida? Mis compañeros, Los Sírex, ellos me inyectan también esa ganas de tirar para adelante. Me han ofrecido 300.000 veces a cantar solo, pero nunca he querido, siempre he pensado que es muy bueno el sentirme arropado por mis compañeros, como yo me dediqué a esto para divertirme, así lo haré hasta el último momento. Esto no es para ganar dinero, sino para disfrutar nosotros, para pasarlo bien. Si ganas dinero, bienvenido sea, pero esa no era la meta ni la misión. Todavía sigo manteniendo esa fidelidad con mis compañeros, los que quedan, porque algunos, por cosas de la vida, se han ido, pero que los que quedan lo estamos pasando muy bien. Hace poco nos preguntaron que en aquella época con qué nos drogábamos, nos mirábamos Pepe y yo, el guitarra con el que compongo la mayoría de las canciones, y respondimos a la vez: ¡Con percebes! Eso sí, cuando teníamos pasta.

“La vida me ha enseñado que hay que disfrutar del día a día”

Mirando al pasado, si te digo junio de 1959, ¿qué es lo primero que te viene a la cabeza?
Manolo y Guillermo fundan Los Sírex. Yo entonces estaba en la Barceloneta, descubriendo lo que es el rock and roll, algo que mamé con 15 años. En los años 60, Barcelona estaba invadida por la sexta flota americana, y aquellos chavales jóvenes marines hacían sus fiestas particulares en un chiringuito que se llamaba Hawaii, en la Barceloneta, donde el hijo del dueño tocaba la guitarra conmigo. Allí vi por primera vez lo que era un conjunto de rockabilly y, sobre todo, porque allí descubrí la música de genios como Chuck Berry. Elvis Presley era el guapo, allí ponían a los canallas. Con Los Sírex nos salió la oportunidad en 1961 de irnos a Calella, allí compuse la canción de ‘El tren de la costa’, que posiblemente es la canción puntual y estelar muestra. Hay canciones populares, como ‘La escoba’ o ‘Que se mueran los feos’, pero entre las que han marcado mi vida de la música más cañera y más rockera está ‘El tren de la costa’.

Por cierto, el año pasado montamos una exposición en Vilanova i La Geltrú en el Museo del Ferrocarril, que posiblemente es uno de los mejores de Europa, sobre ‘El tren de la costa’. La gente venía de toda España a ver la exposición pensando que era de Los Sírex, y no era así. Había muchas cosas nuestras sí, incluso algún día actuábamos en directo, pero la exposición estuvo mucho más de lo esperado. La historia es que es la exposición de una canción que empezó en la Barceloneta con los americanos y tiene un recorrido que va dando la vuelta a la vida y que hoy nos lleva aquí, ese tren todavía tiene que buscar la estación que acabe. Por ejemplo, tenemos firmado un concierto en Torremolinos para febrero de 2026. Soy una persona que pienso del día a día porque la vida me ha marcado. El día que iba a tomar la comunión, yo salí de casa, al igual que mi amigo Torres; yo llegué a la iglesia y él, no: en la esquina de su casa le cayó un tiesto, una planta, y se quedó parapléjico. Aquel día sucedió una de esas cosas que te hacen pensar, iba a ser un día especial y acabó siendo una mierda. Esto te marca, sabes que la vida es el día a día. En el caso de Los Sírex, tenemos una estación de parada en febrero del 26. Nos ha pasado que algún manager nos ha propuesto montar una gira de despedida de Los Sírex, hay grupos que llevan cinco años despidiéndose, pero yo esto no lo voy a hacer, sé cuándo me voy a despedir: el día que no tenga voz. El día que vaya a un teatro o vaya a una sala de fiestas donde estemos anunciados y no haya nadie, sé que ya no tengo que volver. Soy fiel al tren que me va llevando y en alguna parada me quedaré.

“Lo mejor que me ha pasado ha sido mis compañeros; me dan energía”

Has mencionado algunas de las canciones míticas de la banda. ¿Pensabais que iban a tener tanto recorrido?
Mira, yo no pensaba que tenía que ser tan larga ni la vida de las canciones ni nuestra vida musical. Llevaba cuatro o cinco discos grabados con Los Sírex y pensaba que esto terminaba pasado mañana, que no era una cosa durarera. Pero cada vez la pelota se iba haciendo más grande, hasta que llega un momento en el que ves que estamos asentados en el panorama musical. De estas canciones que llegaron a nuestras manos, la mayoría no me gustaban pero acabaron siendo los éxitos populares, se cantan en todas las verbenas. Cuando eso pasa, hay canciones que ya no son tuyas, son de la gente. Me he pasado toda la vida yendo a televisión y solo me pedían ‘La escoba’ y ‘Que se mueran los feos’, por eso me tuve que inventar un popurrí para demostrar que Los Sírex éramos algo más. Como todas nuestras canciones tienen su coreografía, cuando terminamos el popurrí nos vino a sentir a todo el mundo. Hay que tener respeto a los artistas. Lo que queremos es quedar bien con nuestro público y sabemos lo que les tenemos que dar.Cuando ‘La escoba’ vino a mis manos, estábamos una discográfica que era una editorial. El director no tenía ni puta idea, lo único que quería era vender discos, tal y como vendían los libros. Nos hacían grabar cada tres meses un EP con cuatro canciones para sacar un LP en Navidad. La primera canción que nos abre las puertas de España es ‘Qué bueno, qué bueno’, que cantó Conchita Bautista canta en el año 65 en Eurovisión. Nuestra discográfica, como era tan original, nos pidió hacer una versión para aprovechar de la enorme publicidad que había de la canción. Cuando llegó a nuestras manos vimos que era un rollo, la pusimos nuestro toque, en plan pop rock. En Eurovisión Conchita Bautista sacó cero puntos. Se me quedó la cara de boniato pensando que el lunes tengo que ir a un programa de televisión para cantar esa canción. Al día siguiente de interpretarla nosotros, toda la prensa de este país dijo que otro gallo hubiera cantado si hubiéramos ido nosotros a Eurovisión. Esto nos abrió las puertas para venir a Madrid, para saber que ciudades como Valladolid y Zamora existían, solo las habíamos estudiado en los mapas.

Debido a este éxito nos vino la segunda canción, que todavía era peor. Era una canción flamenca firmada por un tal Laredo. De toda la letra se me quedó aquello de “cuántas cosas barrería”. Hicimos la música a nuestro rollo, no tenía que ver nada con la original. Nos censuraron la frase “altos mundos”. La cambiamos por “bajos mundos” y nadie dijo nada. ‘La escoba’ fue un éxito, nos dieron un premio por haber vendido 100.000 copias en una época que la gente se compraba losdiscos sin tener tocadiscos. Aparte de esa parcela pop y popular, Los Sírex seguíamos grabando, éramos fiel a nuestras horas de componer. De ahí sacamos canciones como ‘Yo grito o ‘El tranvía’, la historia nos ha dado la razón. La fuerza de nuestras canciones era que las grabábamos prácticamente en directo, que para mí ha sido lo más importante, meterme en un estudio me aburría mucho. No me ha interesado nunca intentar cantar bien, me ha interesado saber estar en un escenario. Por eso soy fan de Lola Flores, soy de esa filosofía, de salir al escenario y ver que hay vida, que allí pasan cosas, mirar a la gente, hablar con ella. Además, soy un pelota asqueroso, les doy todo lo que quieren, canto lo que ellos quieren. Hasta hoy me ha ido muy bien. Tenemos un repertorio de 300 canciones, podríamos estar tocando unas cinco horas, pero estamos cerca de dos. Jugamos mucho con el repertorio, hacemos muchos popurrís, nos quedan muy divertidos. Hemos entrado en muchas casas, nos ha querido mucha gente, y la prueba es que allí donde vamos nos viene a ver mucho público. La gente nos tiene un cariño, porque somos parte de ellos gracias a nuestras canciones.

“Hemos entrado en muchas casas, somos parte de sus vidas”

Para acabar, un mensaje para el público madrileño.
Os lo vais a pasar muy bien porque van a venir muchos invitados, gente que no lo vais a creer ni vosotros. Sobre todo, que siempre que hemos venido a Madrid hemos estado muy bien acogidos, desde el año 1961 cuando el padre de Massiel ya nos traía a tocar. Estábamos más tiesos que una mojama, pero para presumir de imagen nos instalamos en el Hotel Velázquez. Solo quiero que en Madrid pase una cosa: que lo pasemos todo muy bien, que seamos muy felices disfrutando de la música. Que cuando nos despidamos sea gracias a ello, a lo felices que hemos sido, que la música ha sido nuestra vida y parte de nuestro patrimonio. La vida sin música es muy aburrida, gracias a la música nos hemos divertido más.

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